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Los relatos bíblicos sobre Adán y Eva, el Jardín del Edén, el Diluvio Universal y la Torre de Babel, se basaron en los antiguos textos sumerios. |
“Aquellos que han leído los libros de Zecharia Zitchin (La
Escalera al Cielo, Las Guerras de los Dioses y los Hombres y Los Reinos
Perdidos, que siguieron a El 12° Planeta), saben que se basan, en primer lugar
y principalmente, en los conocimientos que nos dejaron los sumerios. Suya fue la primera civilización conocida. Apareció
de repente, aparentemente de la nada, hace 6.000 años, y se le atribuyen la
práctica totalidad de «primeros» descubrimientos de una alta civilización:
invenciones e innovaciones, conceptos y creencias que conforman los fundamentos
de nuestra propia cultura occidental y de todas las civilizaciones y culturas
de la Tierra. La rueda y los vehículos de tracción animal;
embarcaciones fluviales y barcos marinos; el horno, el ladrillo y elevados edificios; la escritura, las escuelas y los
escribas; leyes, jueces y jurados; la realeza y los consejos ciudadanos; la
música, la danza y el arte; la medicina y la química; el tejido y las telas; la
religión, los sacerdocios y los templos; todo eso comenzó allí, en Sumer, una nación que se
extendió por el sur de lo que hoy día conocemos como Iraq, en la antigua
Mesopotamia. Pero, por encima de todo, también tuvo su inicio
allí el conocimiento de las matemáticas y la astronomía. De hecho, todos los
elementos básicos de las astronomía moderna tienen un origen sumerio: el
concepto de una esfera celestial, de un horizonte y un cénit, de la división
del círculo en 360 grados, de la banda celeste en la cual los planetas orbitan
al Sol, de la agrupación de estrellas en constelaciones y el dar nombres e
imágenes a lo que llamamos el zodiaco, de la aplicación del número 12 a este
zodiaco y de las divisiones del tiempo, y del diseño de un calendario que
constituye la base de los calendarios hasta nuestros días. Todo eso y mucho,
mucho más se originó en Sumer. Los sumerios llevaban registros de sus
transacciones comerciales y legales, y plasmaron por escrito sus relatos y sus
historias sobre tablillas de arcilla; hacían ilustraciones sobre sellos cilíndricos,
en los cuales la imagen se tallaba invertida, como un negativo fotográfico,
para que apareciera en positivo cuando se hiciera rodar el sello sobre la
arcilla húmeda.
En las ruinas de las
ciudades sumerias excavadas por los arqueólogos del último siglo y medio,
centenares, si no miles, de los textos e ilustraciones encontrados tenían que
ver con la astronomía. Entre ellos, hay listas de estrellas y constelaciones en
sus ubicaciones celestes correctas, y manuales para observar la salida y el
ocaso de estrellas y planetas”.
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