Créelo en tu interior: Neville Goddard







   
La realidad objetiva de este mundo es producida solamente por la imaginación humana, en la que todas las cosas existen. Esta noche espero enseñarte a cómo apropiarte subjetivamente de eso que ya existe en ti, y convertirlo en un hecho objetivo. Tu vida no es más que la representación externa de tu actividad imaginaria, pues tu imaginación se cumple en lo que tu vida llega a ser.

El último año que Robert Frost estuvo con nosotros, fue entrevistado por la revista LIFE y dijo: “Nuestros padres fundadores no creyeron en el futuro, lo creyeron en su interior”. Esto es verdad. Habiendo roto con Inglaterra, nuestros padres fundadores podrían haber establecido su propia realeza aquí haciendo rey a uno de ellos, perpetuando de este modo una familia real. Podrían haber elegido una forma de dictadura, pero se pusieron de acuerdo en imaginar una forma de gobierno que no había sido probada desde la época de los Griegos. La democracia es la forma de gobierno más difícil del mundo, sin embargo nuestros padres fundadores acordaron creerla en su interior. Sabían que podría tener lugar, porque conocían el poder de la creencia – el poder que espero enseñarte que eres, esta noche.

Decir: “Voy a ser rico”, no va a hacer que suceda; debes creer en la riqueza afirmando en tu interior: “Soy rico”. Debes creer en el tiempo presente, porque el poder activo creativo que eres, es Dios. Él es tu conciencia, y Dios solamente actúa y es. Su nombre por siempre y para siempre es “YO SOY”, por lo tanto, él no puede decir: “Yo seré rico” o “Yo era rico” sino “¡Yo Soy rico!”. Afirma lo que quieres ser consciente del aquí y ahora, y – aunque tu mente racional y tus sentidos lo nieguen – si lo asumes con sentimiento, tu actividad interna, establecida y perpetuada, se objetivará en el mundo exterior – que no es más que tu actividad imaginaria objetivada. Intentar cambiar las circunstancias de tu vida antes de que cambies su actividad imaginaria, es esforzarse en vano. Esto lo sé por experiencia. Yo tenía un amigo que odiaba a Roosevelt y él quería cambiarle. Cada mañana mientras se afeitaba, mi amigo regañaba a Roosevelt. Encontraba una gran alegría y satisfacción en esta rutina diaria, pero a pesar de todo no podía entender por qué Roosevelt permanecía igual. Pero te digo, si quieres que alguien cambie, debes cambiar tu actividad imaginaria, porque es la única y sola causa de tu vida. Y puedes creer cualquier cosa dentro de ti si no aceptas los hechos que te dictan tus sentidos; pues nada es imposible de imaginar, y la imaginación – persistida en tu interior y creída – creará su propia realidad.
Ahora, todas las cosas existen en Dios, y él existe en ti y tú existes en él. Tu cuerpo eterno es la imaginación humana, y eso es Dios mismo. Tu imaginación es, en efecto, un cuerpo en el que todas las cosas están contenidas. Cuando imaginas, la cosa misma sale de ese cuerpo divino, Jehová. La historia de Jesús es un maravilloso misterio que no puede ser resuelto hasta que descubras, desde la experiencia, que él es tu propia maravillosa imaginación humana.

Se nos dijo que Dios habla al hombre en un sueño y se revela a sí mismo en una visión. Ahora, la visión es un sueño despierto como esta habitación, mientras que un sueño ocurre cuando no estás completamente despierto. Hace unos años esta visión fue mía: Fui llevado en espíritu a una de las primeras mansiones en la 5ta Avenida de Nueva York a comienzos de siglo. Cuando entré, vi que tres generaciones estaban presentes y escuché al hombre mayor hablándoles del secreto de su abuelo a los demás. Estas son sus palabras: “El abuelo solía decir, mientras estaba de pie en un solar vacío: 'Recuerdo cuando esto era un solar vacío.' Y entonces describiría una representación verbal de lo que él quería construir allí. Lo veía vívidamente en el ojo de su mente mientras hablaba, y con el tiempo se estableció. Fue por la vida de esa manera, realizando objetivamente lo que primero había afirmado subjetivamente.”

Te digo: todo en tu mundo externo fue primero apropiado subjetivamente, no me importa lo que sea. El deseo puede ser tu solar vacío en el que puedes hallarte, recordando cuando lo que ahora tienes era sólo un deseo. Si ahora digo: “Recuerdo cuando di una conferencia en el Woman's Club de Los Ángeles” estoy dando a entender que yo ya no estoy allí y que estoy donde quiero estar. Recordando cuando eras pobre, te he sacado de la pobreza y te he puesto en la comodidad. Puedo recordar cuando estabas enfermo, al sacarte de la enfermedad y colocarte en el estado de salud. Si recuerdo cuando eras desconocido, eso implica que ahora eres conocido. Cambiando mi recuerdo de la imagen de ti, puedo ahora recordar cuando tú, con toda tu fama y fortuna, eras desconocido y no tenías dinero. Ese era el secreto del éxito del abuelo.

Esto es lo que aprendí en la visión. No dejes de lado este pensamiento pues me vino en una visión. En el 12º capítulo del Libro de los Números se dice que Dios habla al hombre por medio de los sueños y se da a conocer a través de la visión. Si Dios se te da a conocer a través de la visión y te habla en el sueño, ¿qué es más importante que recordar tus sueños y visiones? No puedes comparar el diario de la mañana o cualquier libro que puedas leer, con tu visión de la noche, pues esa es una instrucción de la profundidad de ti mismo.

Dios en ti te habla en un sueño, como lo hizo conmigo cuando me llevó en un viaje en el tiempo a esa mansión hermosamente personalizada en el cambio de siglo. Como espíritu, era invisible a los presentes, pero oía más claramente que ellos, y comprendía las palabras más gráficamente que ellos, porque tenían sus millones; ¿y quién le va a decir a alguien que ya tiene millones cómo obtenerlos? Me introduje en su entorno para conocer su historia, con el fin de compartirla con los que querrán oír y creer mis palabras y luego probarlas.

Esto no quiere decir que, sólo porque has escuchado mi visión vas a disfrutar de la riqueza; debes aplicar lo que has escuchado y recordar cuándo. Si dijeras: “Recuerdo cuando no podía permitirme el lujo de gastar 400 dólares al mes para el alquiler”, estás dando a entender que bien puedes permitírtelo ahora. Las palabras: “Recuerdo cuando era un esfuerzo vivir con mi sueldo mensual”, implica que has trascendido esa limitación. Puedes colocarte en cualquier estado recordando cuándo. Puedes recordar cuando tu amiga expresó su deseo de casarse. Recordando cuando estaba soltera, te estás persuadiendo (convenciendo) de que tu amiga ya no está en ese estado, ya que la has movido de un estado a otro.

Cuando digo que todas las cosas existen en la imaginación humana, me refiero a infinitos estados [de conciencia]; pues todo lo que sería posible de experimentar por ti ahora, existe en ti como un estado del que tú eres su poder operante. Sólo tú puedes hacer que un estado cobre vida. Tienes que entrar en un estado y animarlo a fin de que se plasme (manifieste) en tu mundo. Puedes luego volver a dormirte y creer que el hecho objetivo es más real que su estado subjetivo al cual has entrado; pero te puedo decir: todos los estados existen en la imaginación. Cuando un estado es penetrado subjetivamente, se vuelve objetivo en tu mundo vegetativo, donde tendrá muchos altibajos y desaparecerá; pero su forma eterna permanecerá para siempre, y puede ser reanimado y traído de vuelta a la existencia a través de la semilla del pensamiento contemplativo. Así que te digo: la cosa más creativa en ti es entrar en un estado y creerlo existente.

Ahora, la causalidad es el ensamblaje de estados mentales, que al suceder crea aquello que el ensamblaje implica. Digamos que tengo dos amigos que sentirían empatía conmigo (no confundir con simpatizar) si escucharan mis buenas noticias. Los pongo juntos y escucho (todo en mi imaginación) como hablan de mí y de lo que ha sucedido en mi vida. Siendo verdaderos amigos, escucho sus palabras de alegría y veo su felicidad reflejada en sus caras. Luego me permito hacerme visible a ellos y sentir su apretón de manos y su abrazo mientras acepto sus felicitaciones como un hecho. Ahora he ensamblado un estado mental, que al ocurrir, creó aquello que el ensamblaje implicaba; por lo tanto soy su causa. Mientras camino, creyendo firmemente en la realidad de lo que he hecho, y que ese acto imaginario se convierte en un hecho, puedo cuestionarme sobre la forma en que ocurrió. Entonces, recordando mi acto imaginario diría: “Lo hice”. Si lo hice, entonces ¿no lo hizo Dios? Sí, porque Dios y yo somos el único “YO SOY”.

¿Vas a seguir creyendo que hay otro en el exterior? ¿O vas a creer la gran confesión de fe, que te insto a aceptar? Es el gran Shemá: “Escucha, oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno”. Si el Señor es uno no puede ser dos; por lo tanto, si su nombre es YO SOY y tú dices “YO SOY”, debes ser uno con el Señor que trajo el mundo a la existencia.

Escucha estas palabras: “Por medio de la fe entendemos que el mundo fue creado por la palabra de Dios, de modo que las cosas que son vistas fueron hechas de cosas que no se veían”. Aquí vemos que la palabra de Dios es una actividad imaginaria que, unida a la fe, creó el mundo. Y la fe no es más que la apropiación subjetiva de una esperanza objetiva. Ahora, cuando hablas de tu deseo conmigo, no puedes ver mi acto imaginario relativo a ti. Si me dices que necesitas un trabajo y yo acepto ese pensamiento, cuando pienso en ti recuerdo tu necesidad. Pero si cambié tus palabras y te escuché decirme que amabas tu trabajo, podría recordar cuando necesitabas uno; porque ahora mi banco de memoria contiene el hecho de que tú tienes un trabajo que te gusta mucho. Y cuando nos reunamos otra vez me dirás que lo tienes y estarás sólo trayendo la confirmación de mi acto creativo imaginario.

Ahora, si la imaginación trabaja de esta manera y se prueba a sí misma en el ensayo una y otra vez, ¿qué importa lo que el mundo piense? No te cuesta nada intentarlo y el cambio que producirá para ti en la vida será muy significante. Inténtalo, porque lo demostrarás en la ejecución.

Esto puede estar en conflicto con lo que crees que Dios es. Tal vez todavía necesitas que sea alguien en el exterior, de modo que hay dos [yoes] de ti y no uno. Está bien si es así, pero te digo: Dios no se convirtió en ti para que hubiérais tú y Dios. Se convirtió en ti, para que pudieras llegar a ser Dios. Si Dios se convirtió en ti, su nombre debe estar en ti, y lo está; porque si te pregunto algo, debes primero estar consciente de la pregunta antes de que puedas responder, y tu conciencia es Dios.

Puedes no ser consciente de quien eres, de donde te encuentras o de lo que eres; pero sabes que existes. Consciente de lo que tus sentidos y razón dictan, puedes creer que estás limitado, que eres indeseado, ignorado y maltratado; y tu mundo confirma tu creencia en tu actividad imaginaria. Y si no sabes que tu conciencia está causando este maltrato, culparás a todos menos a ti; sin embargo te digo que la única causa de los fenómenos de la vida es una actividad imaginaria. No hay ninguna otra causa.

Si crees en los horrores del mundo tal como te son dados en el diario y en la televisión, tu creencia causa que los horrores continúen. Al creer las noticias de una escasez, comprarás lo que no necesitas aceptando ciegamente la presión de perpetuar una actividad imaginaria que te mantiene asustado. A lo largo de las escrituras se te dice que no dejes que se turbe tu corazón, que no te preocupes y que no temas. Si el miedo pudiera ser eliminado, no habría ninguna necesidad de psicólogos o psiquiatras. Es un montón de tonterías de todos modos. Cada día esta rama de la medicina cambia sus conceptos y siempre están en conflicto con respecto a cómo es la actitud del hombre hacia la vida.

Te digo: el vasto mundo entero está en tu imaginación humana ahora, y puedes producir de ella cualquier deseo creyéndolo existente.

En primer lugar, debes saber lo que quieres, luego crea una imagen [en tu imaginación] que lo cumpla. ¿Sabrían tus amigos lo que es y hablarían de ello? Imagina que están contigo ahora hablando de tu deseo cumplido. Podrías estar en un cóctel o en la cena de una fiesta que se está dando en tu honor. O tal vez es un pequeño encuentro mientras tomáis el té. ¡Crea una escena en el ojo de tu mente y cree en su realidad en tu interior! Ese estado invisible producirá el estado objetivo que deseas, pues toda realidad objetiva está producida solamente por la imaginación.

La ropa que ahora llevas puesta fue primero imaginada. La silla en la que estás sentado, la habitación que te rodea – no hay ninguna cosa aquí que no fuera primero imaginada; así que puedes ver que la imaginación crea la realidad. Si no lo crees, estás perdido en un mundo de confusión.

No hay ficción. Lo que hoy es ficción mañana será un hecho. Un libro escrito hoy como una historia ficticia sale de la imaginación de quien lo escribió, y se convertirá en un hecho en el mañana. Si tienes una buena memoria o un buen sistema de investigación, puedes encontrar los hechos de hoy. No todos los hechos se registran, porque no todos los pensamientos se escriben; sin embargo todas las personas imaginan. Un hombre que se sienta injustamente encarcelado y desee vengarse alborotará el mundo, porque todas las cosas por ley divina se mezclan con los demás seres. No puedes detener la fuerza que viene de alguien que está imaginando, porque detrás de la máscara que lleva, tú y él sois uno. Empieza ahora a tomar conciencia de lo que estás pensando, porque tal como piensas, imaginas. Sólo entonces puedes dirigir un buen rumbo hacia tu objetivo definido. Sin embargo, si pierdes de vista ese objetivo, puedes y serás movido por los aparentes otros seres. Pero si mantienes tu mente centrada en la conciencia de permanecer [enfocado] en tu meta, no puedes fallar.
El final de tu viaje es donde empieza tu viaje. Cuando me dices lo que quieres, no trates de decirme ni el medio ni la manera necesarios para conseguirlo, porque ni tú ni yo los conocemos. Sólo dime lo que quieres para que yo pueda oírte decirme que lo tienes. Si intentas decirme cómo se va a cumplir tu deseo, primero debo borrar ese pensamiento antes de que pueda reemplazarlo con lo que quieres ser. El hombre insiste en hablar de sus problemas. Parece disfrutar al contarlos una y otra vez y no puede creer que lo único que necesita hacer es formular su deseo claramente. Si crees que la imaginación crea la realidad, nunca te permitirás preocuparte por tus problemas, pues te darás cuenta de que al hacerlo los perpetúas aún más.

Así que te digo: lo más importante que puedes hacer es creer existente una cosa, al igual que nuestros padres fundadores hicieron. No tenían ningún ejemplo actual de democracia. Existió en Grecia hace siglos, pero falló porque los griegos cambiaron su actividad imaginaria. Podríamos hacer eso también. No pienses ni por un segundo que tenemos que continuar como una democracia. Podríamos estar bajo una dictadura dentro de veinticuatro horas, pues todo es posible. Si te gusta la democracia, debes estar constantemente vigilante para mantener vivos sus conceptos dentro de ti. Es la forma más difícil de gobierno. Un hombre puede expresar su opinión y organizar una protesta aquí, pero en otras formas de gobierno no podría hacer eso. Si quieres disfrutar de la libertad de una democracia, debes mantenerla viva siendo consciente de ella.

Ahora, si mantienes (sigues) esta ley, no tienes que transmitir lo que quieres; simplemente asumes que lo tienes, pues, a pesar de que tu mente racional y tus sentidos externos lo nieguen, si persistes en tu asunción tu deseo se convertirá en tu realidad. No hay límite para tu poder de creencia, y todas las cosas son posibles para el que cree. Sólo imagina qué enorme poder es ése. No tienes que ser agradable, bueno o sabio, porque cualquier cosa es posible para ti cuando crees que lo que estás imaginando es cierto. Ése es el camino hacia el éxito.

Creo que cualquier hombre que haya tenido éxito en la empresa de su vida ha vivido como si fuera exitoso. Viviendo en ese estado, él puede nombrar a aquellos que le ayudaron en la consecución de su éxito; y puede negar que siempre estuvo consciente del éxito, pero su conciencia forzó la ayuda que recibió.

Creer existente tu deseo es ejercer el maravilloso poder creativo que eres. Se nos dijo en el primer Salmo: “Bendito el hombre que se deleita en la ley del Señor. En todo lo que hace, prospera.” Esta ley, como se explica en el Sermón de la Montaña, es psicológica. “Habéis oído que se dijo antiguamente, no has de cometer adulterio, pero yo os digo, cualquiera que desee a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. Aquí descubrimos que no es suficiente con frenar el impulso en el exterior. ¡Se comete adulterio en el momento en que se piensa el deseo!

Sabiendo lo que quieres, llévate hacia ello, pues el acto fue cometido en el querer. La fe debe ser añadida ahora, pues sin fe es imposible agradar a Dios. ¿Puedes imaginar un estado y sentir que tu acto imaginario es ahora un hecho? No te cuesta nada imaginar; de hecho estás imaginando a cada momento del tiempo, pero no conscientemente. Pero puedo decirte: si usas tu poder creativo imaginando que un deseo ya está cumplido, cuando lo consigas, las circunstancias parecerán tan naturales que será fácil negar que tu imaginación tuvo algo que ver con ello, y puedes fácilmente creer que hubiera ocurrido de todos modos. Pero si lo haces, habrás vuelto a dormirte otra vez.

Primero de todo, la mayoría de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de nuestra propia cosecha cuando nos confronta. Y si recordamos que una vez lo imaginamos, la razón nos dirá que habría ocurrido de todos modos. La razón te recordará que conociste a un hombre (aparentemente por accidente) en una fiesta que estaba interesado en hacer dinero. Cuando escuchó tu idea, te envió a ver a su amigo, y mira lo que sucedió – así que realmente, hubiera sucedido de todos modos. Entonces, por supuesto, es fácil ignorar la ley, pero “Bendito es el hombre que se deleita en la ley del Señor. En todo lo que hace prospera”.

No olvides la ley mientras estés viviendo en el mundo del César, y aplícala sabiamente; pero recuerda que no estás justificado por su uso. La justificación viene a través de la fe. Debes tener fe en la increíble historia en la que Dios prometió manifestarse de ti, ¡como tú! Esta es la promesa de Dios para todos, y a todos se les pide que la crean.

No es lo que eres sino lo que le confías a Dios hacer, eso es lo que te salva. Y en la medida en que confíes en Dios para que te salve, serás salvado. Pero él nos ha dado una ley psicológica para amortiguar los inevitables golpes de la vida. La ley es simple: “Como siembres, así cosecharás”. Es la ley de igual engendra igual. Como imagines, así será tu vida. Sabiendo lo que quieres, asume la sensación que sería tuya si lo tuvieras. Persiste en esa sensación, y de una manera que no conoces ni podrías concebir, tu deseo se convertirá en un hecho. El abuelo hizo su fortuna estando en un solar vacío y diciéndose para sí mismo: “Recuerdo cuando esto era un solar vacío”. Entonces él describiría una hermosa representación verbal de la construcción que deseaba [ver establecida] allí. Esta es una técnica maravillosa. Puedes recordar cuando estabas enfermo, eras desconocido, pobre o un fracasado. Recordando cuando eras, implica que ya no eres eso, y tu poder está en su implicación.

Usa la ley y te llevará de éxito en éxito según como concibas lo que el éxito es. En lo que a mí concierne, el éxito es cumplir la promesa, y no puedes hacer eso a través de la ley. La promesa se cumple a través de la fe. ¿Te estás manteniendo fiel a la fe? Examínate para ver si lo estás. Te he contado una historia eterna. Créela pero no la cambies. La historia es ésta: Dios se convirtió en ti para que tú puedas convertirte en Dios. Usa la ley para amortiguar los golpes mientras Dios mantiene su promesa; y entonces un día, cuando tu viaje haya terminado, dirás: “En tus manos encomiendo mi espíritu. Tú me has redimido, oh Señor, Dios fiel”. Este es el clamor en la cruz. Encomienda tu espíritu a tu acto imaginario, relájate y quédate dormido sabiendo que su redención está asegurada. Entonces cuando menos lo esperes, Dios te demostrará que te ha redimido a través de despertar en ti, como tú. Luego nacerás, no de la sangre ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.

Ahora entremos en el silencio.

Traducido por Manu LDA
La conferencia original en inglés es BELIEVE IT IN (Neville Goddard 10-6-1969)
El audio de esta conferencia está disponible en Youtube.com





Hay dos perspectivas de hecho sobre el mundo que posee todo hombre, y los antiguos narradores de historias eran plenamente conscientes de estas dos perspectivas. Llamaron a una “la mente carnal” y a la otra “la mente de Cristo.”

Reconocemos estos dos centros de pensamiento en la declaración: “El hombre natural no percibe las cosas del Espíritu de Dios: porque son locura para él: ni las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” I Cor. 2:14

Para la mente natural, la realidad se limita al instante llamado ahora, este mismo momento parece contener la totalidad de la realidad, todo lo demás es irreal. Para la mente natural, el pasado y el futuro son puramente imaginarios. En otras palabras, mi pasado, cuando utilizo la mente natural, es sólo una imagen de la memoria de las cosas que fueron. Y para el enfoque limitado de la mente carnal o natural el futuro no existe. La mente natural no cree que podría revisitar el pasado y verlo como algo que está presente, algo que es objetivo y concreto para ella misma, tampoco cree que el futuro exista.

Para la mente de Cristo, la mente espiritual, que en nuestro lenguaje llamaremos el enfoque de la cuarta dimensión, el pasado, el presente y el futuro de la mente natural son un todo presente. Esto abarca toda la gama de impresiones sensoriales que el hombre ha encontrado, encuentra y encontrará.

La única razón por la que tú y yo estamos funcionando como lo estamos haciendo hoy, y no somos conscientes de la perspectiva mayor, es simplemente porque somos criaturas de hábito y el hábito nos vuelve totalmente ciegos a lo que, de lo contrario, deberíamos ver; pero el hábito no es ley. Actúa como si fuera la fuerza más irresistible en el mundo, sin embargo, no es una ley.

Podemos crear un nuevo acceso a la vida. Si tú y yo empleáramos unos minutos todos los días en retirar nuestra atención de la región de la sensación y concentrarla en un estado invisible y permanecer fieles a esta contemplación, sintiendo y percibiendo la realidad de un estado invisible, nos haríamos, con el tiempo, conscientes de este mundo mayor, este mundo dimensionalmente más grande. El estado contemplado es ahora una realidad concreta, desplazada en el tiempo.

Esta noche mientras volvemos a nuestra Biblia juzga tú mismo en cuanto a dónde estás en tu desenvolvimiento presente.

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Nuestra primera historia para esta noche es del capítulo 5º del Evangelio de Marcos. En este capítulo hay tres historias contadas como si fueran experiencias separadas de los personajes dominantes.

En la primera historia se nos dice que Jesús se encontró con un hombre loco, un hombre desnudo que vivía en el cementerio y se escondía detrás de las tumbas. Este hombre apeló a Jesús para que no expulsara a los demonios que le acosaban.

Pero Jesús le dijo: “Sal del hombre, espíritu inmundo.” Marcos 5:8

Así, Jesús expulsó a los demonios que ahora pueden destruirse, y encontramos a este hombre, por primera vez, vestido y en su sano juicio y sentado a los pies del Maestro. Captaremos el sentido psicológico de este capítulo cambiando el nombre de Jesús por el de razón iluminada o pensamiento cuatridimensional.

Cuando avanzamos en este capítulo se nos dice que Jesús ahora se encuentra con el Sumo Sacerdote cuyo nombre es Jairo, y Jairo el Sumo Sacerdote de la Sinagoga tiene una hija que se está muriendo. Ella tiene 12 años, y él apela a Jesús para que vaya y cure a la niña.

Jesús consiente, y mientras él se pone en marcha hacia la casa del Sumo Sacerdote una mujer en la plaza del mercado tocó su ropa. “Y Jesús, sabiendo inmediatamente en sí mismo que había salido virtud de él, se volvió a la presión y dijo: ¿Quién tocó mi ropa?” Marcos 5:30

La mujer que fue sanada de un flujo de sangre que había tenido durante 12 años confesó que ella le había tocado. “Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz.” Marcos 5:34

Mientras continúa hacia la casa del Sumo Sacerdote le dicen que la niña ha muerto y no hay necesidad de ir a resucitarla. Ella ya no está dormida, sino que ya está muerta.

“Tan pronto como Jesús oyó la palabra que fue dicha, le dijo al jefe de la sinagoga: No temas, sólo cree.” Marcos 5:36

“Y cuando estuvo dentro, les dijo, ¿Por qué hacéis este bullicio, y lloráis? La doncella no está muerta, sino dormida.” Marcos 5:39

Con esto la multitud entera se burlaba y se reía, pero Jesús, cerrando las puertas contra la multitud burlona, llevó con él a la casa de Jairo a sus discípulos y al padre y la madre de la niña muerta.

Entraron en la habitación donde la doncella estaba tendida. “Y tomó a la doncella de la mano, y le dijo: Doncella, Yo te digo, levántate.” Marcos 5:41

“De este profundo sueño ella se despertó y se levantó y caminó, y el Sumo Sacerdote y todos los demás estaban atónitos. Y les trasmitió directamente que ninguna persona debería saberlo; y mandó que se le diera algo de comer.” Marcos 5:43

Vosotros estáis esta misma noche, mientras estáis sentados aquí, retratados en este 5º capítulo de Marcos. Un cementerio tiene un sólo propósito: es simplemente un registro de la muerte. ¿Estás tú viviendo en el pasado muerto?

Si estás viviendo entre los muertos, tus prejuicios, tus supersticiones y tus falsas creencias que mantienes tú vivas son las tumbas detrás de las que te escondes. Si te niegas a dejarlos ir, estás igual de loco que el loco de la Biblia, que suplicaba a la razón iluminada que no los expulsara. No hay ninguna diferencia. Pero la razón iluminada es incapaz de proteger a los prejuicios y a la superstición contra las incursiones de la razón.

No hay un hombre en este mundo que tenga un prejuicio, independientemente de la naturaleza del prejuicio, que pueda sostenerlo a la luz de la razón. Dime que estás en contra de una determinada nación, una determinada raza, un cierto “ismo”, un cierto algo – no importa lo que sea –, no puedes exponer esa creencia tuya a la luz de la razón y mantenerla viva. Para que pueda mantenerse viva en tu mundo debes esconderla de la razón. No puedes analizarla a la luz de la razón y mantenerla viva. Cuando este enfoque cuatridimensional viene y te muestra un nuevo acceso a la vida y expulsa de tu propia mente todas esas cosas que te acosan, tú estás entonces limpio y vestido en tu sano juicio. Y te sientas a los pies de la comprensión, llamada los pies del Maestro.

Ahora vestido y en tu sano juicio puedes resucitar a los muertos. ¿Qué muertos? La niña de la historia no es una niña. La niña es tu ambición, tu deseo, los sueños incumplidos de tu corazón. Esta es la niña alojada dentro de la mente del hombre. Pues como ya he señalado antes, todo el drama de la Biblia es psicológico. La Biblia no hace referencia alguna a ninguna persona que haya existido, o a ningún acontecimiento que haya ocurrido en la tierra. Todas las historias de la Biblia se desarrollan en la mente del hombre individual.

En esta historia Jesús es el intelecto despierto del hombre. Cuando tu mente funciona fuera del ámbito de tus sentidos presentes, cuando tu mente es sanada de todas las limitaciones anteriores, entonces tú ya no eres el hombre demente, sino que eres esta presencia personificada como Jesús, el poder que puede resucitar los anhelos del corazón del hombre.

Tú eres ahora la mujer con el flujo de sangre. ¿Qué es este flujo de sangre? Una matriz que sangra no es una matriz productiva. Ella lo mantuvo durante 12 años; fue incapaz de concebir. Ella no podía dar forma a su anhelo debido a la persistencia del flujo de sangre. Se te dice que su fe lo cortó. Cuando la matriz lo corta puede dar forma a la semilla o idea.

A medida que tu mente se limpia de tu anterior concepto de tí mismo, tú asumes que eres lo que quieres ser, y permaneciendo fiel a esa asunción, das forma a tu asunción o resucitas a tu hija. Tú eres la mujer limpiada del flujo de sangre, y avanzas hacia la casa de la niña muerta.

La niña o estado deseado por ti es ahora tu concepto fijo de tí mismo. Pero ahora, habiendo asumido que yo soy lo que anteriormente deseaba ser, no puedo continuar deseando lo que soy consciente de ser. Así que no lo comento. No le hablo a nadie respecto a lo que yo soy. Es tan obvio para mí que soy lo que yo quería ser, que camino como si lo fuera.
Caminando como si fuera lo que anteriormente quería ser, mi mundo de enfoque limitado no lo ve y piensa que ya no lo deseo. La niña está muerta dentro de su mundo; pero yo, que conozco la ley, digo, “La niña no está muerta”. La doncella no está muerta, sino sólo dormida. Yo ahora la despierto. Yo, por mi asunción, despierto y hago visible en mi mundo lo que asumo, pues las asunciones si se sostienen invariablemente despiertan lo que afirman.

Cierro la puerta. ¿Qué puerta? La puerta de mis sentidos. Simplemente excluyo completamente todo lo que mis sentidos revelan. Niego la evidencia de mis sentidos. Suspendo la limitada razón del hombre natural y camino en esta audaz afirmación de que yo soy lo que mis sentidos niegan.

Con la puerta de mis sentidos cerrada, ¿qué llevo a ese estado disciplinado? No llevo a nadie a ese estado sino a los padres de la niña y a mis discípulos. Cierro la puerta a la burlona multitud que se ríe. Ya no busco confirmación. Niego completamente la evidencia de mis sentidos, que se burlan de mi asunción, y no comento con los demás si mi asunción es posible o no.

¿Quiénes son los padres? Hemos descubierto que el padre-madre de toda creación es la YO SOYdad del hombre. La conciencia del hombre es Dios. Yo soy consciente del estado. Yo soy el padre-madre de todas mis ideas y mi mente permanece fiel a este nuevo concepto de mí mismo. Mi mente está disciplinada. Yo llevo a ese estado a los discípulos, y excluyo de ese estado todo lo que lo negaría.

Ahora la niña, sin ayuda de nadie, ha resucitado. La condición que yo deseaba y asumía que tenía, se objetiva dentro de mi mundo y da testimonio del poder de mi asunción.

Juzga tú mismo, yo no puedo juzgarte. Estás viviendo ahora en el pasado muerto, o estás viviendo como la mujer cuyo flujo de sangre ha sido detenido. ¿Podrías realmente responderme si te hago la pregunta:

“¿Crees ahora que tú, sin la ayuda de nadie, sólo necesitas asumir que eres lo que quieres ser para hacer real esa asunción dentro de tu mundo? ¿O crees que primero debes cumplir una cierta condición impuesta por el pasado, que debes ser de cierta orden, o de cierto 'algo'?”

No estoy siendo crítico de ciertas iglesias o grupos, pero hay quienes creen que nadie fuera de su iglesia o grupo aún no está salvado. Yo nací protestante. Hablas con un protestante; sólo hay un cristiano, el protestante. Hablas con un católico; ¿por qué no hay nadie en el mundo que sea cristiano más que un católico? Hablas con un judío, y los cristianos son paganos, y los judíos son los elegidos. Hablas con un musulmán; judíos y cristianos son los infieles. Hablas con alguien más y todos esos son los intocables. No importa con quién hables, ellos son siempre los elegidos.

Si crees que debes ser uno de esos para salvarte, sigues siendo aún un demente escondido detrás de esas supersticiones y esos prejuicios del pasado, y estás rogando no ser limpiado.

Algunos de vosotros me decís: “No me pidas renunciar a mi creencia en Jesús el hombre, o en Moisés el hombre, o en Pedro el hombre. Cuando me pides renunciar a mi creencia en esos personajes estás pidiendo demasiado. Déjame esas creencias porque me consuelan. Yo puedo creer que ellos vivieron en la tierra y continuar siguiendo tu interpretación psicológica de sus historias”.
Yo digo: Sal del pasado muerto. Sal de ese cementerio y camina, sabiendo que tú y tu Padre sois uno, y tu Padre, a quien los hombres llaman DIOS, es tu propia conciencia. Esa es la única ley creadora en el mundo.

¿De qué estás consciente de ser? Aunque no puedas ver tu objetivo con el enfoque limitado de tu mente tridimensional, eres ahora el que tú has asumido que eres. Camina en esa asunción y permanece fiel a ella.

El tiempo, en esta dimensión de tu ser, late lentamente y tú puedes, incluso después de objetivar tu asunción, no recordar que hubo un tiempo en que esta realidad actual no era más que una actitud mental. Debido a la lentitud del latir del tiempo aquí a menudo no ves la relación entre tu naturaleza interna y el mundo externo que da testimonio de ella.

Juzga tú mismo la posición que ahora ocupas en este 5º capítulo de Marcos. ¿Has resucitado a la niña muerta? ¿Sigues aún necesitando tener esa matriz de tu mente cerrada? ¿Está aún sangrando y por lo tanto no puede ser fértil? ¿Eres ahora el demente que vive en el pasado muerto? Sólo tú puedes juzgarlo y responder a estas preguntas.

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Ahora pasamos a una historia en el capítulo 5º del Evangelio de Juan. Esta te mostrará qué bellamente los narradores antiguos hablaban de las dos perspectivas distintas sobre este mundo – una, el limitado enfoque tridimensional, y la otra, el enfoque cuatridimensional.

Esta historia habla de un hombre inválido que es rápidamente sanado. Jesús viene a un lugar llamado Bethesda, que por definición significa la Casa de los Cinco Pórticos. En estos Cinco Pórticos hay innumerables inválidos – cojos, ciegos, paralíticos, atrofiados y demás. La tradición decía que en ciertas épocas del año un ángel descendía y agitaba el estanque que había cerca de esos Cinco Pórticos. Cuando el ángel agitaba el estanque, el primero en entrar era sanado siempre. Pero sólo el primero, no el segundo.

Jesús, viendo a un hombre que era cojo desde el vientre de su madre, le dijo: “¿Quieres ser sanado?” Juan 5:6

“El inválido le respondió: Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada, pues mientras yo voy, otro desciende antes que yo.” Juan 5:7

“Jesús le dijo: Levántate, toma tu cama y anda.” Juan 5:8

“E inmediatamente el hombre fue sanado, y tomó su cama y caminó, y ese mismo día era el Sabbath.” Juan 5:9

Lees esta historia y piensas que un extraño hombre que poseía poderes milagrosos de repente le dijo al paralítico: “Levántate y anda.” No puedo repetir más a menudo que la historia, incluso cuando introduce innumerables individualidades, tiene lugar dentro de la mente de cada hombre.

El estanque es tu conciencia. El ángel es una idea, llamada el mensajero de DIOS. Siendo la conciencia Dios, cuando tienes una idea estás albergando a un ángel. En el instante en que eres consciente de un deseo tu estanque ha sido agitado. El deseo agita la mente del hombre. Querer algo es ser agitado.

En el momento mismo en que tienes una ambición, o un objetivo claramente definido, el estanque ha sido agitado por el ángel, que era el deseo. Se te dice que el primero en el estanque agitado es siempre sanado.

Mis más cercanos compañeros en este mundo, mi esposa y mi hijita, son para mí, cuando me dirijo a ellas, segundos. Yo debo hablar a mi esposa como “tú eres”. Debo hablar a cualquiera, no importa lo cercanos que sean, como “Tú eres”. Y después de eso la tercera persona: “Él es”. Sólo hay una persona en este mundo con quien puedo usar la primera persona del presente y ésa es yo mismo. “Yo soy”, se puede decir sólo de mí mismo, no se puede decir de otro.

Por lo tanto, cuando estoy consciente de un deseo que yo quiero ser, pero aparentemente no soy, siendo agitado el estanque, ¿quién puede entrar en ese estanque antes que yo? Sólo yo poseo el poder de la primera persona. Yo soy ese que quiero ser. Excepto que yo crea que yo soy lo que quiero ser, permanezco como era antes y muero en esa limitación.

En esta historia tú no necesitas a nadie que te meta en el estanque cuando tu conciencia es agitada por el deseo. Todo lo que necesitas es asumir que eres ya lo que antes querías ser y estás en él, y nadie puede entrar antes que tú. ¿Qué persona puede entrar antes que tú cuando te vuelves consciente de ser lo que quieres ser? Nadie puede estar antes que tú cuando sólo tú tienes el poder para decir YO SOY.

Esas son las dos perspectivas. Eres ahora lo que tus sentidos negarían. ¿Eres suficientemente audaz para suponer que tú eres ya lo que quieres ser? Si te atreves a asumir que eres ya lo que tu razón y tus sentidos ahora niegan, entonces estás en el estanque y, sin ayuda de nadie, tú también te levantarás y tomarás tu cama y caminarás.

Se te dijo que eso sucedió en el Sabbath. El Sabbath es sólo el sentido místico de quietud, cuando estás despreocupado, cuando no estás ansioso, cuando no estás buscando resultados, sabiendo que las señales siguen y no preceden.

El Sabbath es el día de reposo en el que no hay trabajo. Cuando tú no estás trabajando para hacerlo así estás en el Sabbath. Cuando no estás preocupado en absoluto por la opinión de los demás, cuando caminas como si tú fueras, no puedes levantar un dedo para hacerlo así, estás en el Sabbath. No puedo estar preocupado respecto a cómo será, y aún decir que yo soy consciente de serlo. Si soy consciente de ser libre, seguro, sano y feliz, mantengo esos estados de conciencia sin esfuerzo o trabajo de mi parte. Por lo tanto, estoy en el Sabbath; y debido a que era el Sabbath él se levantó y caminó.

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Nuestra siguiente historia es del 4º capítulo del Evangelio de Juan, y la has oído una y otra vez. Jesús llega al pozo y hay una mujer llamada la mujer de Samaria, y él le dijo: “Dame de beber.” Juan 4:7

“Entonces le dijo la mujer de Samaria, ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy mujer samaritana? Pues los judíos no se tratan con los samaritanos.” Juan 4:9

“Jesús respondió y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dijo: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.” Juan 4:10
La mujer al ver que él no tiene nada con qué sacar el agua, y sabiendo que el pozo es hondo, dice: “¿Eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y del cual bebió él mismo, y sus hijos y su ganado?” Juan 4:12

“Jesús respondió y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua volvería a tener sed, mas el que bebiere del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás; pues el agua que yo le daré será en él una fuente de agua brotando para la vida eterna.” Juan 4:13,14

Entonces él le dice todo respecto a sí misma y le pide que vaya y llame a su marido. Ella respondió y dijo: “No tengo marido.” Juan 4:17

“Jesús le dijo: Bien has dicho, 'No tengo marido', pues has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es tu marido.” Juan 4:17, 18

La mujer, sabiendo que esto era cierto, va a la plaza del mercado y le dice a los demás, “He encontrado al Mesías.”

Ellos le preguntan, “¿Cómo sabes que has encontrado al Mesías?”

“Porque él me ha dicho todas las cosas que he hecho.” responde ella. Aquí hay un enfoque que entra en todo el pasado al menos, y le habla ahora respecto al futuro.

Continuando con la historia, los discípulos vienen a Jesús y dicen: “Maestro, come.” Juan 4:31

“Pero él les dijo: Yo tengo una comida para comer que vosotros no conocéis.” Juan 4:32

Cuando ellos hablan de una cosecha en cuatro meses, Jesús responde: “¿No decís: Aún faltan cuatro meses hasta que llegue la cosecha? He aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos; pues ya están blancos para la cosecha.” Juan 4:35

Él ve cosas que la gente espera para cuatro meses, o espera para cuatro años; él las ve ahora en un mundo dimensionalmente más grande, que existe ahora, que tiene lugar ahora.

Volvamos a la primera parte de la historia. La mujer de Samaria es el tú tridimensional, y Jesús en el pozo es el tú cuatridimensional. La controversia empieza entre lo que tú quieres ser, y lo que la razón te dice que eres. El tú mayor te dice que si te atrevieras a suponer que eres ya lo que quieres ser, te convertirías en ello.

El tú menor, con su enfoque limitado, te dice: “¿Por qué no tienes un cubo, no tienes una cuerda y el pozo es hondo. Cómo podrías nunca alcanzar la profundidad de ese estado sin los medios para ese fin?”

Respondes y dices, “Si sólo supieras quién te pide a tí de beber tú le pedirías a él.” Si sólo supieras qué en tí mismo está urgiéndote a encarnar el estado que ahora buscas, tú suspenderías tu corta visión y le dejarías hacerlo por tí.

Entonces él te dice que tienes cinco esposos, y tú lo niegas. Pero él sabe mucho mejor que tú que tus cinco sentidos te preñan mañana, tarde y noche con sus limitaciones. Te dicen qué hijos tendrás esta noche, mañana y los días por venir. Pues tus cinco sentidos actúan como cinco esposos que constantemente preñan tu conciencia, que es la gran matriz de DIOS, y mañana, tarde y noche te sugieren y te dictan lo que debes aceptar como verdad.

Él te dice el que te gustaría tener, pues tu esposo no es tu esposo. En otras palabras, el sexto aún no te ha preñado. Lo que te gustaría ser es negado por esos cinco, y ellos mantienen el poder, ellos dictan lo que tú aceptarás como verdadero. Lo que te gustaría aceptar aún no ha penetrado en tu mente y preñado tu mente con su realidad. El que tú llamas esposo no es realmente tu esposo. Tú no estás pariendo su semejanza. Parir su semejanza es la prueba de que tú eres su esposa; por lo menos lo has conocido íntimamente. Tú no estás pariendo la semejanza del sexto; estás pariendo sólo la semejanza de los cinco.

Entonces uno se vuelve hacia mí y me dice todo lo que siempre he sabido. Vuelvo atrás en el ojo de mi mente y la razón me dice que a lo largo de mi vida siempre he aceptado las limitaciones de mis sentidos, los he considerado siempre como un hecho, y mañana, tarde y noche he testimoniado esa aceptación.

La razón me dice que sólo he conocido esos cinco desde el momento que nací. Ahora me gustaría salir de la limitación de mis sentidos, pero aún no he encontrado dentro de mí el valor para asumir que yo soy lo que esos cinco negarían que soy. Así que aquí sigo, consciente de mi tarea, pero sin el valor de ir más allá de las limitaciones de mis sentidos, y de lo que mi razón niega.

Él le dice a estos, “Yo tengo comida que no conocéis. Yo soy el pan que cayó del cielo. Yo soy el vino.” Yo sé lo que quiero ser, y porque yo soy ese pan lo festejo. Asumo que yo soy, y en lugar de festejar el hecho de que estoy en esta habitación hablando contigo y tú me estás escuchando y que estoy en Los Ángeles, festejo el hecho de que estoy en otra parte y camino aquí como si estuviera en otra parte. Y gradualmente me convierto en lo que festejo.

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Dejadme contaros dos historias personales. Cuando yo era niño vivía en un entorno muy limitado, en una pequeña isla llamada Barbados. La comida para los animales era muy, muy escasa y muy cara porque teníamos que importarla. Soy de una familia de 10 hijos y mi abuela vivía con nosotros haciendo 13 a la mesa.

Una y otra vez yo puedo recordar a mi madre diciéndole a la cocinera al principio de la semana, “Quiero que apartes tres patos para la cena del domingo.” Esto significaba que tomaría de la piara del patio tres patos y los encerraría en una jaula muy pequeña y los alimentaría, los atiborraría mañana, tarde y noche con maíz y todas las cosas que ella quería a los patos para la fiesta.

Esta era una dieta totalmente diferente de la que normalmente alimentábamos a los patos, porque manteníamos a aquellas aves vivas alimentándolas con pescado. Los manteníamos vivos y gordos con pescado porque era muy barato y abundante, pero tú no podías comer un ave alimentada con pescado, no como a tí y a mí nos gusta un ave.

La cocinera tomaría tres patos, los ponía en una jaula y durante siete días los atiborraba con maíz, leche agria y todas las cosas que queríamos saborear en las aves. Luego, cuando se mataban y servían para cenar siete días después, eran deliciosas aves alimentadas con leche, alimentadas con maíz.
Pero ocasionalmente la cocinera olvidaba apartar las aves, y mi padre, sabiendo que teníamos patos, y creyendo que ella había llevado a cabo la orden, no enviaba nada más para cenar, y tres pescados llegaban a la mesa. No podías tocar esas aves pues tanto eran la encarnación de lo que comieron.

El hombre es un ser psicológico, un pensador. No es en lo que le alimenta físicamente, sino en lo que le alimenta mentalmente en lo que él se convierte. Nos convertimos en la encarnación de aquello de lo que mentalmente nos alimentamos.

Ahora aquellos patos no podían ser alimentados con maíz por la mañana y pescado por la tarde y otra cosa por la noche. Tenía que ser un cambio completo de dieta. En nuestro caso no podemos tener un poquito de meditación por la mañana, blasfemar por la tarde, y hacer otra cosa por la noche. Tenemos que seguir una dieta mental, durante una semana debemos cambiar completamente nuestro alimento mental.

“Todo lo que es verdad, todo lo que es honesto, todo lo que es justo, todo lo que es puro, todo lo que es de buena relación; si hay alguna virtud, y si hay alguna alabanza, pensad en esas cosas.” Fil. 4:8

Como un hombre piensa en su corazón así es él. Si yo pudiera ahora seleccionar el tipo de alimento mental que quiero expresar dentro de mi mundo y festejarlo, me convertiría en él.

Déjame decirte por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo hoy. Fue en 1933 en Nueva York, y mi viejo amigo Abdullah, con quien estudié hebreo durante cinco años, fue realmente el comienzo del acabar con todas mis supersticiones. Cuando fui a él, yo estaba lleno de supersticiones. Yo no podía comer carne, no podía comer pescado, no podía comer pollo, no podía comer ninguna de esas cosas que vivían en el mundo. No bebía, no fumaba, y estaba haciendo un tremendo esfuerzo para vivir una vida de celibato.

Abdullah me dijo: “No voy a decirte 'tú estás loco' Neville, pero tú tienes que saberlo. Todas esas cosas son estúpidas.” Pero yo no podía creer que fueran estúpidas.

En noviembre de 1933, despedí a mis padres en la ciudad de Nueva York, cuando embarcaron para Barbados. Yo había estado en este país 12 años sin deseos de ver Barbados. No tenía éxito y me daba vergüenza ir a casa a ver a los miembros exitosos de mi familia. Después de 12 años en América yo era un fracaso a mis propios ojos. Yo estaba en el teatro y hacía dinero un año y lo gastaba al mes siguiente. No era lo que yo llamaría por sus criterios ni por los míos una persona de éxito.

Imaginaos, cuando me despedí de mis padres en noviembre no tenía ganas de ir a Barbados. El buque partió, y cuando estuve en la calle algo me poseyó con un deseo de ir a Barbados.

Era el año 1933, yo estaba desempleado y no tenía dónde ir, excepto una pequeña habitación en la calle 75. Me fui directamente a mi viejo amigo Abdullah y le dije: “Ab, una extraña sensación me está poseyendo. Por primera vez en 12 años quiero ir a Barbados.”

“Si quieres ir, Neville, tú has ido.” respondió.

Eso era un lenguaje muy extraño para mí. Estoy en Nueva York en la calle 72 y él me dice que he ido a Barbados. Yo le dije, “¿Qué quieres decir con 'yo he ido', Abdullah?”

Él dijo: “¿Realmente quieres ir?”

Yo respondí, “Sí.”

Él entonces me dijo: “Cuando salgas por esa puerta ahora ya no estás caminando por la calle 72, estás caminando por las calles bordeadas de palmeras y cocoteros; esto es, Barbados. No me preguntes cómo vas a ir. Tú estás en Barbados. No dices 'cómo', cuando 'estás allí'. Estás allí. Ahora camina como si estuvieras allí.”

Salí de su casa en una nube. Estoy en Barbados. No tengo dinero, no tengo trabajo, ni siquiera estoy bien vestido, y sin embargo estoy en Barbados. Abdullah no era el tipo de persona con el que podías discutir. Dos semanas después no estaba más cerca de mi objetivo que el día que le dije que quería ir a Barbados. Yo le dije, “Ab, confío en ti implícitamente pero hace un tiempo que no puedo ver cómo esto va a funcionar. No tengo ni un centavo para mi viaje, empecé a explicar.”

¿Sabes lo que hizo? Era tan negro como el as de picas, mi viejo amigo Abdullah, con su turbante en la cabeza. Cuando me senté en el salón de su casa, se levantó de la silla y se dirigió hacia su despacho y cerró la puerta, lo que no era una invitación a seguirle. Cuando salió por la puerta me dijo: “He dicho todo lo que tengo que decir.”

El 3 de diciembre yo estaba ante Abdullah y le dije otra vez que no estaba más cerca de mi viaje. Él repitió su afirmación, “Tú estás en Barbados.”

El último barco para Barbados que podía llevarme allí por la razón que quería ir, que era estar allí para Navidad, salía a mediodía del 6 de diciembre; el viejo Nerissa.

En la mañana del 4 de diciembre, no teniendo trabajo, no teniendo a donde ir, dormí hasta tarde. Cuando me levanté había una carta de correo aéreo de Barbados debajo de mi puerta. Al abrir la carta un pequeño trozo de papel planeó hasta el suelo. Lo cogí y era un cheque por US$50.

La carta era de mi hermano Víctor y decía: “No te estoy pidiendo que vengas, Neville, esto es una orden. Nunca hemos tenido una Navidad en la que todos los miembros de nuestra familia estuvieran presentes al mismo tiempo. Esta Navidad se podría hacer si tú vinieras.”

Mi hermano mayor Cecil se fue de casa antes de que el menor naciera y luego empezamos a irnos de casa en diferentes momentos, así que nunca en la historia de nuestra familia estuvimos todos juntos al mismo tiempo.

La carta continuaba: “No estás trabajando, sé que no hay ninguna razón por la que no puedas venir, por lo que debes estar aquí antes de Navidad. Los US$50  incluídos son para comprar algunas camisas o un par de zapatos que puedas necesitar para el viaje. No necesitarás propinas; usa el bar si vas a beber. Iré al barco y pagaré todas tus propinas y gastos efectuados. He cablegrafiado a Furness, Withy & Co. en Nueva York y les dije que te emitieran un billete cuando aparecieras en su oficina. Los US$50 son simplemente para comprar algunas cosas esenciales. Puedes inscribirte como desees a bordo del buque. Te iré a buscar y cuidaré de todos tus gastos.”

Fui a Furness, Withy & Co. con mi carta y les dejé leerla. Ellos dijeron: “Hemos recibido el cable Sr. Goddard, pero lamentablemente no nos queda ningún pasaje para la travesía del 6 de diciembre. Lo único disponible es tercera clase entre Nueva York y Santo Tomás. Cuando lleguemos a Santo Tomás tenemos unos cuantos pasajeros que bajarán. Usted puede entonces viajar en 1ª clase de Santo Tomás a Barbados. Pero entre Nueva York y Santo Tomás debe ir en tercera clase, aunque puede tener los privilegios del comedor de 1ª clase y andar por las cubiertas de la primera clase.”

Yo dije, “Aceptaré.”

Volví a mi amigo Abdullah la tarde del 4 de diciembre y dije: “Funcionó como un sueño.” Le dije lo que había hecho, pensando que estaría feliz.

¿Sabes qué me dijo? Dijo: “¿Quién te dijo que vas a ir en tercera clase? ¿Te vi en Barbados, al hombre que eres, yendo en tercera clase? Tú estás en Barbados y fuiste allí en primera clase.”

No tuve un momento para volver a verle antes de que embarcara al mediodía del 6 de diciembre. Al llegar al muelle con mi pasaporte y mis papeles para subir a bordo de ese buque, el agente me dijo: “Tenemos buenas noticias para usted, Sr. Goddard. Ha habido una cancelación y va a ir en 1ª clase.”

Abdullah me enseñó la importancia de permanecer fiel a una idea y no transigir. Yo me tambaleé, pero él se mantuvo fiel a la asunción de que yo estaba en Barbados y había viajado en primera clase.

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Ahora, volviendo a la importancia de nuestras dos historias de la Biblia. El pozo es hondo y no tienes cubo, no tienes cuerda. Faltan cuatro meses para la cosecha y Jesús dice: “Yo tengo una comida para comer que no conocéis. Yo soy el pan del cielo.”

Festeja la idea, identifícate con la idea como si hubieras ya encarnado ese estado. Camina en la asunción de que eres lo que quieres ser. Si festejas eso y permaneces fiel a esa dieta mental, lo cristalizarás. Lo traerás a este mundo.

Cuando regresé a Nueva York en 1934, después de tres meses celestiales en Barbados, bebía, fumaba, y hacía todo lo que no había hecho en años.

Me acordé de lo que Abdullah me había dicho, “Después de haber comprobado esta ley te volverás normal, Neville. Tú saldrás de ese cementerio, saldrás de ese pasado muerto en el que piensas que estás siendo santo. Pues todo lo que realmente estás haciendo, sabes, de que estás siendo tan bueno, Neville, no sirve para nada.”

Regresé a esta tierra como una persona completamente transformada. A partir de ese día, que fue en febrero de 1934, comencé a vivir cada vez más. Honestamente, no puedo decirte que siempre he tenido éxito. Mis muchos errores en este mundo, mis muchos fracasos, me condenarían si te dijera que he dominado tan completamente los movimientos de mi atención que puedo en todo momento permanecer fiel a la idea que quiero encarnar.

Pero puedo decir con el antiguo maestro, a pesar de que parezca haber fracasado en el pasado, sigo adelante y lucho día tras día para convertirme en lo que yo quiero encarnar en este mundo. Suspende el juicio, niégate a aceptar lo que la razón y los sentidos ahora dictan, y si permaneces fiel a la nueva dieta, te convertirás en la encarnación del ideal al que permaneces fiel.

Si hay un lugar en el mundo que sea distinto a mi pequeña isla de Barbados es Nueva York. En Barbados el edificio más alto es de tres plantas, y las calles están bordeadas de palmeras y cocoteros y todo tipo de cosas tropicales. En Nueva York tienes que ir a un parque para encontrar un árbol.

Sin embargo tuve que caminar por las calles de Nueva York como si caminara por las calles de Barbados. Para la imaginación de uno, todo es posible. Caminé, sintiendo que estaba de hecho caminando por las calles de Barbados, y en la asunción de que casi podía sentir el olor de las callejuelas bordeadas de cocoteros. Empecé a crear dentro del ojo de mi mente la atmósfera que físicamente encontraría cuando estuviera en Barbados.

Mientras permanecía fiel a esta asunción, alguien canceló el pasaje y yo lo recibí. Mi hermano en Barbados, que nunca pensó que yo fuera a casa, tiene la urgencia imperiosa de escribirme una extraña carta. Nunca me había escrito, pero esta vez me escribió, y pensó que él originó la idea de mi visita.

Fui a casa y pasé tres meses celestiales, volví en 1ª clase, y traje de vuelta una buena suma de dinero en el bolsillo, un regalo. Mi viaje, si hubiera tenido que pagarlo, habría sido de US$3.000, sin embargo lo hice sin un centavo en el bolsillo.

“Tengo caminos que no conocéis. Mis caminos son inescrutables.” El yo dimensionalmente mayor tomó mi asunción como una orden e influenció el comportamiento de mi hermano para escribir esa carta, influenció el comportamiento de alguien para cancelar el pasaje de primera clase, e hizo todas las cosas necesarias tendentes hacia la producción de la idea con la que yo estaba identificado.

Yo estaba identificado con la sensación de estar allí. Dormía como si estuviera allí, y todo el comportamiento humano fue moldeado en armonía con mi asunción. Yo no tuve necesidad de ir a Furness, Withy & Co. y rogarles un pasaje, pidiéndoles cancelar alguno de los que estaban reservados de 1ª clase. No necesité escribir a mi hermano y rogarle que me enviase algo de dinero o comprarme un pasaje. El pensó que él originó el acto. En realidad, hasta el día de hoy, él cree haber iniciado el deseo de llevarme a casa.

Mi viejo amigo Abdullah simplemente me dijo: “Tú estás en Barbados, Neville. Tú quieres estar allí; dondequiera que quieras estar, allí estás. Vive como si tú ya fueras y serás.”

Estas son las dos perspectivas sobre el mundo que posee toda persona. No importa quién eres. Todo hijo nacido de mujer, independientemente de la raza, nación o credo, posee dos perspectivas distintas sobre el mundo.

O eres el hombre natural, que no percibe las cosas del Espíritu de Dios, porque para tí en el enfoque natural son locura. O eres el hombre espiritual que percibe las cosas fuera de las limitaciones de tus sentidos, porque todas las cosas son ya realidades en un mundo dimensionalmente más grande. No es necesario de esperar cuatro meses para la cosecha.

O eres la mujer de Samaria o Jesús en el pozo. Eres el hombre esperando en los Cinco Pórticos la agitación y que alguien le introduzca, o eres el que puedes ordenarte a tí mismo levantarte y andar a pesar de que otros esperan.

¿Eres el hombre detrás de las tumbas en el cementerio esperando y rogando no ser limpio, porque no quieres ser limpiado de tus prejuicios? Una de las cosas más difíciles de dejar para el hombre son sus supersticiones, sus prejuicios. Se aferra a ellos como si fueran el tesoro de los tesoros.

Cuando te has limpiado y eres libre, entonces la matriz, tu propia mente es automáticamente sanada. Se convierte en el terreno preparado donde las semillas, tus deseos, pueden enraizar y crecer en la manifestación. El niño que ahora llevas en tu corazón es tu objetivo actual. Tu anhelo actual es un niño que es como si estuviera enfermo. Si asumes que eres ya lo que te gustaría ser, el niño por un momento se vuelve muerto porque no hay perturbación ya.

No puedes ser perturbado cuando tú sientes que eres lo que quieres ser, porque si sientes que eres lo que querías ser estás satisfecho en esa asunción. Para los demás que juzgan superficialmente tú pareces no desear ya, de modo que para ellos el deseo o doncella está muerto. Creen que has perdido tu ambición porque ya no hablas de tu ambición secreta. Te has ajustado completamente a la idea. Has asumido que eres lo que quieres ser. Ya sabes, “Ella no está muerta, ella no está sino dormida.” “Voy a despertarla.”

Camino en la asunción de que yo soy, y mientras camino, tranquilamente la despierto. Luego, cuando ella despierte, haré lo normal, lo natural; le daré de comer. No voy a alardear de ello y decírselo a los demás. Simplemente voy y no se lo digo a nadie. Alimento ese estado que ahora me gusta con mi atención. Lo mantengo vivo dentro de mi mundo volviéndome atento a él.

Las cosas a las que no estoy atento se desvanecen y se secan dentro de mi mundo, independientemente de lo que sean. No han acabado de nacer y luego permanecen sin alimentar. Les di nacimiento por el hecho de hacerme consciente de ser ellas. Cuando las incorporo dentro de mi mundo, ese no es el final. Ese es el principio. Ahora yo soy una madre que debe mantener vivo ese estado estando atento a él. El día que no estoy atento, le he retirado mi leche, y se borra de mi mundo, cuando me vuelvo atento a otra cosa en mi mundo.

Tú puedes estar atento a las limitaciones y alimentarlas y hacerlas montañas, o puedes estar atento a tus deseos; pero para volverte atento debes asumir que eres ya lo que querías ser.

Aunque hoy hablamos de un enfoque tridimensional y cuatridimensional, no pienses ni por un momento que esos maestros antiguos no eran plenamente conscientes de estos dos centros distintos de pensamiento dentro de la mente de todos los hombres. Ellos personificaron los dos, y trataron de mostrar al hombre que lo único que le priva de ser el hombre que podría ser, es el hábito. Aunque no es una ley, todos los psicólogos te dirán que el hábito es la fuerza más inhibidora del mundo. Restringe completamente al hombre y lo ata y lo hace totalmente ciego a lo que, de otro modo, él debería ser.

Comienza ahora a verte y sentirte mentalmente como el que quieres ser, y festeja esa sensación mañana, tarde y noche. He rastreado la Biblia buscando un intervalo de tiempo que sea de más de tres días y no lo he encontrado.
“Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo y en tres días lo levantaré.” Juan 2:19

“Preparad vuestras vituallas; porque dentro de tres días pasaréis el Jordán, para entrar a poseer la tierra que el Señor vuestro Dios os da para que la poseais.” Josué 1:11

Si pudiera saturar completamente mi mente con una sensación y caminara como si ya fuera un hecho, se me prometió (y no puedo encontrar ninguna negación de ello en este gran libro) que no necesito más que una dieta de tres días si permanezco fiel a ella. Pero debo ser honesto al respecto. Si cambio mi dieta en el curso del día, extiendo el intervalo de tiempo.

Tú me preguntas, “¿Pero cómo sé yo el intervalo?” Tú, tú mismo determinas el intervalo.

Tenemos hoy día en nuestro mundo moderno una pequeña palabra que confunde a la mayoría de nosotros. Sé que me confundió hasta que profundicé más. La palabra es “acción”. La acción se supone que es lo más fundamental en el mundo. No es un átomo, es más fundamental. No es parte de un átomo como un electrón, es más fundamental que eso. Lo llaman la unidad cuatridimensional. Lo más fundamental en el mundo es la acción.

Tú preguntas, “¿Qué es la acción?” Nuestros físicos nos dicen que es la energía multiplicada por el tiempo. Nos quedamos más confusos y decimos, “La energía multiplicada por el tiempo, ¿qué significa eso?” Ellos responden, “No hay respuesta a un estímulo, no importa cuán intenso sea el estímulo, a menos que perdure durante un período determinado de tiempo.” Debe haber una duración mínima para el estímulo o no hay respuesta. Por otro lado no hay respuesta al tiempo a menos que haya un grado mínimo de intensidad. Hoy lo más fundamental en el mundo se llama acción, o simplemente energía multiplicada por tiempo.

La Biblia le da como tres días; la duración es de tres días para la respuesta en este mundo. Si yo ahora asumiera que soy lo que quiero ser, y si soy fiel a ello y camino como si lo fuera, el periodo justo más largo dado para su realización es tres días.

Si hay algo esta noche que realmente quieres en este mundo, entonces experimenta en la imaginación lo que experimentarías en la carne si realizaras tu meta y cierra tus oídos, y ciega tus ojos a todo lo que niegue la realidad de tu asunción.

Si haces esto serías capaz de decirme antes de que yo deje esta ciudad de Los Ángeles que has realizado lo que era sólo un deseo cuando viniste aquí. Será mi alegría regocijarme contigo en el conocimiento de que la niña que estaba aparentemente muerta ahora está viva. Esta doncella realmente no estaba muerta, estaba sólo dormida. Tú la alimentaste en este silencio porque tienes una comida que nadie más conoce. Le diste alimento y se convirtió en una realidad viva resucitada dentro de tu mundo. Entonces puedes compartir tu alegría conmigo y yo puedo regocijarme en tu alegría.

El propósito de estas lecciones es recordarte la ley de tu propio ser, la ley de la conciencia; tú eres esa ley. Sólo que eras inconsciente de su funcionamiento. Tú alimentaste y mantuviste vivas las cosas que no deseabas expresar dentro de este mundo.

Acepta mi reto y pon esta filosofía a prueba. Si no funciona no deberías utilizarla como un consuelo. Si no es verdad, debes desecharla completamente. Yo sé que es verdadera. Tú no lo sabrás hasta que intentes probarla o refutarla.

Demasiados de nosotros se han unido a “ismos” y tenemos miedo de ponerlos a prueba, porque sentimos que podríamos fracasar; y entonces, ¿dónde estamos? No queriendo saber realmente la verdad respecto a ello, dudamos en ser lo suficientemente atrevidos para ponerlo a prueba. Dices: “Yo sé que funcionaría de alguna otra manera. No quiero realmente comprobarlo. Mientras aún no lo haya refutado, todavía puedo ser consolado por ello.”

Ahora bien, no te engañes a ti mismo, no pienses por un segundo que eres sabio.

Comprueba o refuta esta ley. Yo sé que si intentas refutarla, la comprobarás, y seré el más rico por tú comprobarla, no en dólares, no en cosas, sino porque te convertirás en el fruto viviente de lo que creo que estoy enseñando en este mundo. Es mucho mejor tenerte como una persona exitosa, satisfecha después de cinco días de enseñanza, que tenerte saliendo insatisfecho. Espero que seas lo suficientemente valiente para desafiar esta enseñanza y comprobarla o refutarla.

Ahora, antes de que entremos en el período de silencio explicaré brevemente la técnica de nuevo. Tenemos dos técnicas al aplicar esta ley. Todo el mundo aquí debe saber ya exactamente lo que quiere. Tú debes saber que si no lo obtienes esta noche todavía estarás tan deseoso mañana respecto a este objetivo.

Cuando sepas exactamente lo que quieres, construye en el ojo de tu mente un acontecimiento simple, sencillo, que implique el cumplimiento de tu deseo, un acontecimiento en el que predomines tú mismo. En lugar de sentarte y mirarte a tí mismo como si estuvieras en la pantalla, se el actor en el drama.

Restringe el evento a una sola acción. Si vas a estrechar una mano porque eso implica el cumplimiento de tu deseo, entonces haz eso y sólo eso. No estreches manos y luego vagues en tu imaginación a una cena o algún otro lugar. Restringe tu acción a simplemente estrechar manos y hazlo una y otra vez, hasta que ese apretón de manos tome la solidez y la nitidez de la realidad.

Si sientes que no puedes permanecer fiel a una acción, quiero que ahora definas tu objetivo, y luego condenses la idea, que es tu deseo, en una sola frase, una frase que implique el cumplimiento de tu deseo, alguna frase como, “¿No es maravilloso?”

O si me sentí agradecido porque pensé que alguien fue decisivo en llevar a que mi deseo pasara, yo podría decir, “Gracias”, y repetirlo con sentimiento una y otra vez, como una canción de cuna hasta que mi mente sea dominada por la sola sensación de gratitud.

Ahora nos sentaremos tranquilamente en estas sillas con la idea que implique el cumplimiento de nuestro deseo condensada en una sola frase, o en un solo acto. Nos relajaremos e inmovilizaremos nuestros cuerpos físicos. Luego experimentaremos en la imaginación la sensación que nuestra frase o acción condensada afirma.

Si te imaginas a tí mismo estrechando la mano de otra persona, no uses tu mano física, déjala inmovilizada. Sino imagina que alojada dentro de tu mano hay una mano real más sutil, que puede ser extraída de tu imaginación. Pon tu mano imaginaria en la mano imaginaria de tu amigo que está ante tí y siente el apretón. Mantén tu cuerpo físico inmovilizado incluso aunque tú te vuelvas mentalmente activo en lo que estás ahora a punto de hacer.


Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es LESSON 3 - THINKING FOURTH-DIMENSIONALLY (Neville Goddard 1948)

El audio de esta conferencia está disponible en Youtube.com








Esta noche tenemos la lección quinta y última de este curso. En primer lugar daré una especie de resumen de lo que ha ido antes. Luego, ya que muchos de vosotros me habéis pedido que explique más detalladamente la lección 3, os daré algunas ideas más sobre pensar cuatridimensionalmente.

Sé que cuando un hombre ve una cosa claramente puede contarla, puede explicarla. Este invierno pasado en Barbados un pescador, cuyo vocabulario no abarcaba más de mil palabras, me dijo más en cinco minutos sobre el comportamiento del delfín de lo que Shakespeare con su vasto vocabulario podría haberme dicho, si hubiera sabido las costumbres del delfín.

Este pescador me contó cómo al delfín le encanta jugar con un pedazo de madera a la deriva, y con el fin de atraparlo, tiras la madera y lo cebas como cebarías a niños, porque le gusta fingir que está saliendo del agua. Como ya he dicho, el vocabulario de este hombre era muy limitado, pero él conocía a su pez y conocía el mar. Como conocía a su delfín podía contarme todo sobre sus hábitos y cómo atraparlo.

Cuando dices que sabes una cosa, pero no puedes explicarla, yo te digo que no la sabes, pues cuando realmente la sabes naturalmente la expresas.

Si yo te pidiera ahora definir la oración, y te digo “¿Cómo harías, a través de la oración, para realizar un objetivo, cualquier objetivo?” Si puedes decírmelo, entonces tú lo sabes, pero si no me lo puedes decir, entonces no lo sabes. Cuando lo ves claramente en el ojo mental, el tú más grande inspirará las palabras necesarias para vestir la idea y expresarlo bellamente, y expresarás la idea mucho mejor que un hombre con un vasto vocabulario que no lo ve tan claramente como tú.

Si has escuchado con atención durante los últimos cuatro días, tú sabes ahora que la Biblia no se refiere en absoluto a personas que hayan existido jamás o a sucesos que hayan ocurrido alguna vez en la tierra.

Los autores de la Biblia no estaban escribiendo la historia, estaban escribiendo un gran drama mental que ellos vistieron con el ropaje de la historia, y luego lo adaptaron a la limitada capacidad de las masas acríticas e irreflexivas.

Sabes que cada historia en la Biblia es tu historia, que cuando los escritores introducen docenas de personajes en la misma historia están tratando de presentarte diferentes atributos de la mente que tú puedes emplear. Vísteis cómo yo tomé quizás una docena o más historias y las interpreté para vosotros.

Por ejemplo, muchas personas se preguntan cómo Jesús, el hombre más agraciado, el más amoroso del mundo, si era hombre, podría decir a su madre lo que se supone que le dijo, como se recoge en el segundo capítulo del Evangelio de S. Juan. Se hace decir a Jesús a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?” Juan 2:4

Tú y yo, que aún no estamos identificados con el ideal que servimos, no haríamos una declaración así a nuestra madre. Sin embargo, aquí estaba la encarnación del amor diciéndole a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?”

Tú eres Jesús, y tu madre es tu propia conciencia. Pues la conciencia es la causa de todo, por lo tanto es el gran padre-madre de todos los fenómenos.

Tú y yo somos criaturas de hábito. Estamos metidos en el hábito de aceptar como definitiva la evidencia de nuestros sentidos. Los invitados necesitan vino y mis sentidos me dicen que no hay vino, y yo por hábito estoy a punto de aceptar esta falta como definitiva. Cuando recuerdo que mi conciencia es la sola y única realidad, por tanto, si niego la evidencia de mis sentidos y asumo la conciencia de tener suficiente vino, en un sentido he reprendido a mi madre o a la conciencia que sugiere la falta; y asumiendo la conciencia de tener lo que deseo para mis invitados, el vino se produce de una manera que no sabemos.

Acabo de leer una nota aquí de un querido amigo mío en la audiencia. El domingo pasado tenía una cita en una iglesia para una boda; el reloj le dijo que llegaba tarde, todo le dijo que llegaba tarde.

Estaba en una esquina esperando un tranvía. No había nadie a la vista. Imaginó que, en lugar de estar en la esquina de la calle, estaba en la iglesia. En ese momento un auto se detuvo frente a él. Mi amigo le contó al conductor su situación y el conductor le dijo: “Yo no voy en esa dirección, pero le llevaré.” Mi amigo entró en el coche y llegó a la iglesia a tiempo para el servicio. Esto es aplicar la ley correctamente, no aceptación de la sugestión del retraso. No aceptar nunca la sugestión de falta.

En este caso me dije a mí mismo, “¿Qué tengo yo que ver contigo?” ¿Qué tengo yo que ver con la evidencia de mis sentidos? Traedme todas las vasijas y llenadlas. En otras palabras, asumo que tengo vino y todo lo que deseo. Entonces mi Yo dimensionalmente más grande inspira en todos los pensamientos y las acciones que ayuden a la encarnación de mi asunción.

No es un hombre diciendo a una madre: “Mujer ¿qué tengo yo que ver contigo?” Es cada hombre que conoce esta ley que se dirá a sí mismo, cuando sus sentidos sugieren falta, “¿qué tengo yo que ver contigo? Apártate de mí.” Nunca volveré a escuchar una voz como esa, porque si lo hago, entonces estoy fecundado por esa sugestión y voy a concebir el fruto de la falta.

Pasamos a otra historia en el Evangelio de S. Marcos, donde Jesús tiene hambre.

“Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó, si acaso se podría encontrar ahí algo: y cuando llegó a ella, no encontró nada sino hojas; porque no era todavía tiempo de higos.”

“Y Jesús respondió y le dijo, no coma nadie fruto de ti para siempre. Y sus discípulos lo oyeron.” Marcos 11:13 14

“Y por la mañana, cuando pasaban, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.” Marcos 11:20

¿Qué árbol estoy maldiciendo? No es un árbol en el exterior. Es mi propia conciencia. “Yo soy la vid.” Juan 15:1. Mi conciencia, mi YO SOYdad es el gran árbol y el hábito, una vez más, sugiere vacío, sugiere esterilidad, sugiere cuatro meses antes de que yo pueda festejar. Pero no puedo esperar cuatro meses. Me doy esta poderosa sugestión de que nunca más ni por un momento transigiré con que tomará cuatro meses realizar mi deseo. La creencia en la carencia desde este día en adelante debe ser esterilizada y no volver a reproducirse nunca en mi mente.

No es un hombre maldiciendo a un árbol. Todo en la Biblia tiene lugar en la mente del hombre: el árbol, la ciudad, la gente, todo. No hay una declaración hecha en la Biblia que no represente algún atributo de la mente humana. Todos son personificaciones de la mente y no cosas en el mundo.

La conciencia es la sola y única realidad. No hay nadie a quien podamos recurrir después de descubrir que nuestra propia conciencia es Dios. Pues Dios es la causa de todo y no hay nada sino Dios. No puedes decir que un diablo causa algunas cosas y Dios otras. Escucha estas palabras.

“Así dice el Señor a su ungido, a Ciro, cuya mano derecha yo he sostenido, para sujetar naciones ante él; y desataré los lomos de los reyes, para abrir ante él las puertas de dos hojas, y las puertas no se cerrarán.”

“Yo iré delante de ti, y haré rectos los lugares torcidos, romperé en pedazos las puertas de bronce, y cortaré los barrotes de hierro.”

“Y te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas de los lugares secretos, para que sepas que yo, el Señor, que te llamo por tu nombre, soy el Dios de Israel.” Isaías 45:1, 2, 3

“Yo formo la luz y creo las tinieblas, yo hago la paz y creo el mal. Yo el Señor hago todo esto.” Isaías 45:7

“Yo hice la tierra, y creé al hombre sobre ella; Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a toda su hueste mandé.”

“Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y él soltará a mis cautivos, no por precio ni por dones, dice el Señor de los ejércitos.” Isaías 45:12, 13

"YO SOY el Señor, y no hay ninguno más, no hay Dios fuera de mí.” Isaías 45:5

Leed estas palabras cuidadosamente. No son mis palabras, son las palabras inspiradas de hombres que descubrieron que la conciencia es la única realidad. Si soy herido, soy auto herido. Si hay oscuridad en mi mundo, yo creé la oscuridad y la tristeza y la depresión. Si hay luz y alegría, yo creé la luz y la alegría. No hay nadie, sino esta YO SOYdad que lo hace todo.

No puedes encontrar una causa fuera de tu propia conciencia. Tu mundo es un gran espejo constantemente diciéndote quién eres. Cuando te encuentras con gente, te dicen por su comportamiento quién eres.

Tus oraciones no serán menos devotas porque recurras a tu propia conciencia por ayuda. No creo que ninguna persona en oración sienta más alegría, piedad y sentimiento de adoración que yo, cuando me siento agradecido, mientras asumo la sensación de mi deseo cumplido, sabiendo al mismo tiempo que es a mí mismo a quien recurrí.

En la oración eres llamado a creer que posees lo que tu razón y tus sentidos niegan. Cuando oras cree que tienes y recibirás. La Biblia lo enuncia de este modo:

“Por tanto os digo que todo lo que deseéis, cuando oréis, creed que lo recibiréis, y lo tendréis.”

"Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos pueda perdonaros vuestras ofensas.”

“Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras ofensas.” Marcos 11:24, 25, 26

Eso es lo que debemos hacer cuando oramos. Si tengo algo contra otro, ya sea una creencia de enfermedad, pobreza o cualquier otra cosa, debo soltarlo y dejarlo ir, no usando palabras de negación sino creyendo que es lo que él desea ser. De ese modo lo perdono completamente. He cambiado mi concepto de él. Yo tenía algo contra él y le perdoné. El completo olvido es el perdón. Si no olvido entonces no he perdonado.

Yo sólo perdono algo cuando verdaderamente olvido. Yo puedo decirte hasta el final de los tiempos, “te perdono”. Pero si cada vez que te veo o pienso en ti, me acuerdo de lo que mantenía contra tí, no te he perdonado en absoluto. El perdón es el completo olvido. Tú vas a un doctor y él te da algo para tu enfermedad. Él está tratando de quitártela, de modo que te da algo en su lugar.

Date un nuevo concepto de tí mismo por el viejo concepto. Abandona el viejo concepto completamente.

Una oración concedida implica que algo se hace a consecuencia de la oración que de otro modo no se habría hecho. Por lo tanto, yo mismo soy la fuente de la acción, la mente dirigente y el que concede la oración.

Cualquiera que reza éxitosamente se vuelve hacia adentro y se apropia el estado buscado. No tienes sacrificio que ofrecer. No dejes que nadie te diga que tienes que luchar y sufrir. No es necesario luchar por la realización de tu deseo. Lee lo que dice en la Biblia.

“¿Para qué propósito es la multitud de vuestros sacrificios a mí? dice el Señor: Estoy harto del holocausto de carneros y de sebo de animales gruesos, y no me deleito en la sangre de bueyes, o de ovejas o de machos cabríos.”

“Cuando venís a presentaros delante de mí, ¿quién ha requerido eso de vuestras manos, para hollar mis atrios?”

“No me traigáis más vanas oblaciones; el incienso es una abominación para mí; las lunas nuevas y los sábados, el convocar asambleas, no puedo soportar la iniquidad y la solemne asamblea.”

“Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes mi alma las odia: se han convertido en una carga para mí, estoy cansado de soportarlas.” Isaías 1:11-14

“Vosotros tendréis una canción, como en la noche cuando se celebra una santa solemnidad; y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte del Señor, al Poderoso de Israel.” Isaías 30:29

“Cantad al Señor un cántico nuevo, y su alabanza desde los confines de la tierra.” Isaías 42:10

“Canta, oh cielos, porque el Señor lo ha hecho; gritad, las partes bajas de la tierra, prorrumpid en gritos de júbilo, montañas, oh bosques, y todo árbol que en él está; porque el Señor redimió a Jacob, y será glorificado en Israel.” Isaías 44:23

“Por tanto, los redimidos del Señor volverán, y vendrán a Sión cantando; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas. Tendrán gozo y alegría, y la tristeza y el gemido huirán.” Isaías 51:11

El único regalo aceptable es un corazón alegre. Ven con canto y alabanza. Ese es el modo de venir ante el Señor: tu propia conciencia. Asume la sensación de tu deseo cumplido y has traído el único regalo aceptable. Todos los estados mentales que no sean el del deseo cumplido son una abominación; son superstición y no significan nada.

Cuando vienes ante mí, regocíjate, porque el regocijo implica que algo que deseabas ha sucedido. Ven ante mí cantando, dando alabanza y dando gracias, pues esos estados mentales implican la aceptación del estado buscado. Ponte en el estado de ánimo apropiado y tu propia conciencia lo encarnará.

Si yo pudiera definir la oración para cualquier persona y ponerlo tan claramente como pudiera, simplemente diría, “Es la sensación del deseo cumplido”. Si tú preguntas, “¿Qué quieres decir con eso?” Yo diría, “me sentiría en la situación de la oración contestada y luego viviría y actuaría en esa convicción.” Trataría de mantenerlo sin esfuerzo, es decir, viviría y actuaría como si fuera ya un hecho, sabiendo que mientras camino en esta actitud fija mi asunción se materializará en hecho.

El tiempo no me permite ir más allá en el argumento de que la Biblia no es historia, pero si has escuchado atentamente mi mensaje de estas últimas cuatro noches, no creo que necesites más pruebas de que la Biblia no es historia. Aplica lo que has oído y realizarás tus deseos.

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“Y ahora os lo he dicho antes de que suceda, para que cuando pase, podáis creer.” Juan 14:29

Muchas personas, yo incluído, han observado eventos antes de que ocurrieran, es decir, antes de que ocurrieran en este mundo de tres dimensiones. Puesto que el hombre puede observar un evento antes de que ocurra en las tres dimensiones del espacio, entonces la vida en la tierra procede de acuerdo a un plan, y este plan debe existir en otra parte en otra dimensión y está moviéndose lentamente a través de nuestro espacio.

Si los sucesos ocurridos no estaban en este mundo cuando fueron observados, entonces es perfectamente lógico que deben haber estado fuera de este mundo. Y todo lo que está AHÍ para ser visto antes de que ocurra AQUÍ debe estar “predeterminado” desde el punto de vista del hombre despierto en un mundo tridimensional. Sin embargo, los maestros antiguos nos enseñaron que nosotros podíamos alterar el futuro, y mi propia experiencia confirma la verdad de su enseñanza.

Por lo tanto, mi objeto al dar este curso es indicar las posibilidades inherentes en el hombre, para mostrar que el hombre puede alterar su futuro; pero, así alterado, forma de nuevo una secuencia determinista empezando desde el punto de interferencia – un futuro que será coherente con la alteración.

La característica más notable del futuro del hombre es su flexibilidad. El futuro, aun preparado con antelación en cada detalle, tiene varios desenlaces. Tenemos en cada momento de nuestras vidas la elección ante nosotros de cuál de varios futuros tendremos.

Hay dos perspectivas efectivas sobre el mundo poseídas por todos – un enfoque natural y un enfoque espiritual. Los maestros antiguos llamaban a una “la mente carnal” y a la otra “la mente de Cristo”. Podemos diferenciarlas como la conciencia despierta ordinaria, gobernada por nuestros sentidos, y una imaginación controlada, gobernada por el deseo.

Reconocemos estos dos centros distintos de pensamiento en la declaración: “El hombre natural no percibe las cosas del Espíritu de Dios, pues ellas son locura para él; ni las puede conocer, porque son discernidas espiritualmente.” I Cor. 2:14

El punto de vista natural limita la realidad al momento llamado AHORA. Para la visión natural, el pasado y el futuro son puramente imaginarios. El punto de vista espiritual por otro lado ve los contenidos del tiempo. El pasado y el futuro son un todo presente para la visión espiritual. Lo que es mental y subjetivo para el hombre natural es concreto y objetivo para el hombre espiritual.

El hábito de ver sólo lo que nuestros sentidos nos permiten nos vuelve totalmente ciegos a lo que, de otro modo, podríamos ver. Para cultivar la facultad de ver lo invisible, deberíamos a menudo desenredar deliberadamente nuestras mentes de la evidencia de los sentidos y enfocar nuestra atención en un estado invisible, sintiéndolo y percibiéndolo mentalmente hasta que tenga toda la nitidez de la realidad.

El pensamiento serio concentrado focalizado en una dirección particular deja fuera otras sensaciones y las hace desaparecer. Sólo tenemos que concentrarnos en el estado deseado para verlo.

El hábito de retirar la atención de la región de la sensación y concentrarla en lo invisible desarrolla nuestra perspectiva espiritual y nos permite penetrar más allá del mundo de los sentidos y ver lo que es invisible. “Pues las cosas invisibles de él desde la creación del mundo se ven claramente.” Rom. 1:20. Esta visión es totalmente independiente de las facultades naturales. ¡Ábrela y acelérala!

Un poco de práctica nos convencerá de que podemos, controlando nuestra imaginación, remodelar nuestro futuro en armonía con nuestro deseo. El deseo es el resorte principal de la acción. No podríamos mover un solo dedo a menos que tengamos un deseo de moverlo. No importa lo que hagamos, seguimos el deseo que en el momento domina nuestras mentes. Cuando rompemos un hábito, nuestro deseo para romperlo es mayor que nuestro deseo de continuar con el hábito.

Los deseos que nos impulsan a la acción son aquellos que mantienen nuestra atención. Un deseo no es sino una conciencia de algo que nos falta y necesitamos para hacer nuestra vida más agradable. Los deseos siempre tienen algún beneficio personal a la vista, cuanto mayor es el beneficio anticipado, más intenso es el deseo. No hay deseo absolutamente altruista. Donde no hay nada que ganar no hay deseo, y consecuentemente tampoco acción.

El hombre espiritual habla al hombre natural a través del lenguaje del deseo. La clave para progresar en la vida y para el cumplimiento de los sueños se encuentra en la presta obediencia a su voz. La obediencia sin vacilación a su voz es una inmediata asunción del deseo cumplido. Desear un estado es tenerlo. Como Pascal ha dicho, “No me habrías buscado si no me hubieras ya encontrado.”

El hombre, al asumir la sensación de su deseo cumplido, y luego vivir y actuar en esta convicción, altera el futuro en armonía con su asunción. Las asunciones despiertan lo que afirman. Tan pronto como el hombre asume la sensación de su deseo cumplido, su Yo cuatridimensional encuentra modos para el logro de tal fin, descubre métodos para su realización.

No conozco ninguna definición más clara de los medios por los que realizamos nuestros deseos que EXPERIMENTAR EN LA IMAGINACIÓN LO QUE EXPERIMENTARÍAMOS EN LA CARNE SI HUBIÉRAMOS LOGRADO NUESTRA META. Esta experiencia imaginaria del fin con aceptación, precipita los medios. El Yo cuatridimensional entonces construye, con su perspectiva más grande, los medios necesarios para realizar el fin aceptado.

La mente indisciplinada encuentra difícil asumir un estado que es negado por los sentidos. Pero hay una técnica que hace fácil “llamar a las cosas que no se ven como si lo fueran”, es decir, encontrar un evento antes de que ocurra. La gente tiene la costumbre de menospreciar la importancia de las cosas simples. Pero esta sencilla fórmula para cambiar el futuro fue descubierta después de años de búsqueda y experimentación.

El primer paso para cambiar el futuro es el DESEO, esto es, definir tu objetivo – saber definidamente lo que quieres.

En segundo lugar, construir un evento que tú creas que encontrarías SIGUIENDO al cumplimiento de tu deseo – un evento que implique cumplimiento de tu deseo – algo que tendrá la acción del Yo predominante.

En tercer lugar, inmovilizar el cuerpo físico e inducir un estado próximo al sueño imaginando que estás soñoliento. Acuéstate en una cama, o relájate en una silla. Entonces, con los párpados cerrados y tu atención enfocada en la acción que intentas experimentar en la imaginación, mentalmente siéntete justo en la acción propuesta; imaginando todo el tiempo que estás efectivamente realizando la acción aquí y ahora.

Tú debes siempre participar en la acción imaginaria, no meramente estar detrás y mirar, sino sentir que estás efectivamente realizando la acción de modo que la sensación imaginaria es real para ti.

Es importante recordar siempre que la acción propuesta debe ser una que SIGA al cumplimiento de tu deseo. También debes sentirte en la acción hasta que tenga toda la viveza y claridad de la realidad.

Por ejemplo, supongamos que deseas ascenso en tu oficina. Ser felicitado sería un evento que podrías encontrar siguiendo al cumplimiento de tu deseo. Habiendo seleccionado esta acción como la que experimentarás en la imaginación, inmoviliza el cuerpo físico, e induce un estado próximo al sueño, un estado de somnolencia, pero en el que todavía eres capaz de controlar la dirección de tus pensamientos, un estado en el que estés atento sin esfuerzo. Entonces visualiza a un amigo delante de ti. Pon tu mano imaginaria en la suya. Siéntela sólida y real, y lleva a cabo una conversación imaginaria con él en armonía con la acción.

Tú no te visualizas a una distancia en un punto del espacio y a una distancia en cuanto al tiempo siendo felicitado por tu buena suerte. En lugar de eso, tú haces ese otro lugar AQUÍ, y el futuro AHORA. El evento futuro es una realidad AHORA en un mundo dimensionalmente más grande y por extraño que parezca, ahora en un mundo dimensionalmente más grande es equivalente a AQUÍ en el espacio ordinario tridimensional de la vida cotidiana.

La diferencia entre SENTIRTE tú mismo en la acción, aquí y ahora, y visualizarte a tí mismo en la acción, como si estuvieras en una pantalla de imágenes en movimiento, es la diferencia entre el éxito y el fracaso. La diferencia se apreciará si ahora te visualizaras subiendo una escalera. Entonces, con los párpados cerrados imagina una escalera justo en frente de tí y SIÉNTETE efectivamente subiéndola.

El deseo, la inmovilidad física limítrofe con el sueño, y la acción imaginaria en la que predomina auto sentidamente AQUÍ Y AHORA, no sólo son factores importantes para alterar el futuro, sino que son también condiciones esenciales para proyectar conscientemente el Yo espiritual.

Cuando el cuerpo físico es inmovilizado y nos volvemos poseídos por la idea de hacer algo – si imaginamos que estamos haciéndolo AQUÍ y AHORA y mantenemos la acción imaginaria sentidamente hasta que justo sobreviene el sueño – probablemente despertemos del cuerpo físico para encontrarnos en un mundo dimensionalmente más grande con un enfoque dimensionalmente más grande haciendo efectivamente lo que deseamos e imaginamos que estábamos haciendo en la carne.

Pero tanto si despertamos ahí o no, estamos efectivamente realizando la acción en el mundo cuatridimensional, y en el futuro la representaremos aquí en el mundo tridimensional.

La experiencia me ha enseñado a restringir la acción imaginaria, a condensar la idea que va a ser el objeto de nuestra meditación, en un solo acto, y a representarlo una y otra vez hasta que tenga la sensación de realidad. De otro modo, la atención vagará a lo largo de un rastro asociativo y legiones de imágenes asociadas se presentarán a nuestra atención, y en pocos segundos nos llevará a cientos de kilómetros de nuestro objetivo en cuanto al espacio y a años de distancia en cuanto al tiempo.

Si decidimos subir un particular tramo de escaleras, porque ese es el evento probable que siga a la realización de nuestro deseo, entonces debemos restringir la acción a subir ese particular tramo de escaleras. En caso de que la atención vague, tráela de vuelta a su tarea de subir ese tramo de escaleras, y sigue haciéndolo así hasta que la acción imaginaria tenga toda la solidez y claridad de la realidad. La idea debe ser mantenida en el campo de presentación sin ningún esfuerzo sensible por nuestra parte. Debemos, con el mínimo esfuerzo, impregnar la mente con la sensación del deseo cumplido.

La somnolencia facilita el cambio porque favorece la atención sin esfuerzo, pero no debe ser empujada al estado de sueño, en el que ya no seremos capaces de controlar los movimientos de nuestra atención, sino un grado moderado de somnolencia en el que aún somos capaces de dirigir nuestros pensamientos.

Un modo más eficaz para encarnar un deseo es asumir la sensación del deseo cumplido y entonces, en un estado relajado y soñoliento, repetir una y otra vez como una nana, cualquier frase corta que implique el cumplimiento de tu deseo, tal como, “Gracias, gracias, gracias”, hasta que la sola sensación de agradecimiento domine la mente. Decir estas palabras como si te dirigieras a un poder superior por haberlo hecho por tí.

Sin embargo, si buscamos una proyección consciente en un mundo dimensionalmente más grande, entonces debemos mantener la acción justo hasta que sobrevenga el sueño. Experimentar en la imaginación con toda la nitidez de la realidad lo que sería experimentado en la carne si hubiéramos logrado nuestro objetivo y con el tiempo lo encontraremos en la carne como lo encontramos en nuestra imaginación.

Alimenta la mente con premisas – es decir, afirmaciones que se presume son verdad, porque las asunciones, aunque falsas, si se persiste en ellas hasta que tienen la sensación de realidad, se materializarán en hecho.

Para una asunción, todos los medios que promuevan su realización son buenos. Influye el comportamiento de todos, inspirando en todos los movimientos, las acciones y las palabras que tiendan hacia su cumplimiento.

Para comprender cómo el hombre moldea su futuro en armonía con su asunción – simplemente experimentando en su imaginación lo que experimentaría en la realidad si él realizara su meta – debemos saber qué entendemos por un mundo dimensionalmente más grande, ya que es en un mundo dimensionalmente más grande en el que vamos a alterar nuestro futuro.

La observación de un evento antes de que ocurra implica que el evento está predeterminado desde el punto de vista del hombre en el mundo tridimensional. Por lo tanto para cambiar las condiciones aquí en las tres dimensiones del espacio debemos primero cambiarlas en las cuatro dimensiones del espacio.

El hombre no sabe exactamente qué se entiende por un mundo dimensionalmente más grande, y no dudaría en negar la existencia de un Yo dimensionalmente más grande. Él está bastante familiarizado con las tres dimensiones de longitud, anchura y altura, y siente que, si hubiera una cuarta dimensión, debería ser igual de obvia para él como las dimensiones de longitud, anchura y altura.

Ahora, una dimensión no es una línea. Es cualquier forma en que puede ser medida una cosa que es totalmente diferente de todas las demás formas. Es decir, para medir un sólido cuatridimensionalmente, simplemente lo medimos en cualquier dirección excepto la de su longitud, anchura y altura. Ahora, ¿hay otra forma de medir un objeto que la de su longitud, anchura y altura?

El tiempo mide mi vida sin emplear las tres dimensiones de longitud, anchura y altura. No hay tal cosa como un objeto instantáneo. Su aparición y desaparición son medibles. Perdura por una definida longitud de tiempo. Podemos medir su periodo de vida sin usar las dimensiones de longitud, anchura y altura. El tiempo es definitivamente un cuarto modo de medir un objeto.

Mientras más dimensiones tiene un objeto, más sustancial y real se vuelve. Una línea recta, que se encuentra totalmente en una dimensión, adquiere forma, masa y sustancia por la adición de dimensiones. ¿Qué nueva cualidad daría el tiempo, la cuarta dimensión, que hiciera tan vastamente superior a los sólidos, como los sólidos son a las superficies y las superficies son a las líneas? El tiempo es un medio para los cambios de experiencia, pues todos los cambios llevan tiempo.

La nueva cualidad es la mutabilidad. Observa que, si cortamos en dos un sólido, su sección transversal será una superficie; cortando en dos una superficie obtenemos una línea, y cortando en dos una línea tenemos un punto. Esto significa que un punto no es sino la sección transversal de una línea, que no es, a su vez, sino la sección transversal de una superficie, que no es, a su vez, sino la sección transversal de un sólido, que no es, a su vez, si se lleva a su conclusión lógica, sino la sección transversal de un objeto cuatridimensional.

No podemos evitar la inferencia de que todos los objetos tridimensionales no son más que secciones transversales de los cuerpos cuatridimensionales. Lo cual significa: cuando yo me encuentro contigo, me encuentro con una sección transversal del tú cuatridimensional – el Yo cuatridimensional que no es visto. Para ver el Yo cuatridimensional debo ver cada sección transversal o momento de tu vida desde el nacimiento a la muerte, y verlos todos como coexistentes.

Mi enfoque debería llevar todo el despliegue de impresiones sensoriales que tú has experimentado en la tierra, más aquellas que pudieras encontrar. Yo las debería ver, no en el orden en que fueron experimentadas por tí, sino como un todo presente. Como el CAMBIO es la característica de la cuarta dimensión, yo las debería ver en un estado de fluidez – como un todo animado viviente.

Ahora, si tenemos todo esto claramente fijado en nuestras mentes, ¿qué significa para nosotros en este mundo tridimensional? Significa que, si podemos movernos a lo largo de longitudes de tiempo, podemos ver el futuro y alterarlo si así lo deseamos.

Este mundo, que pensamos que es tan sólidamente real, es una sombra, fuera y más allá del cual podemos en cualquier momento pasar. Es una abstracción de un mundo más fundamental y dimensionalmente más grande – un mundo más fundamental abstraído de un mundo todavía más fundamental y dimensionalmente más grande – y así sucesivamente hasta el infinito. Pues el absoluto es inalcanzable por cualquier medio de análisis, no importa cuántas dimensiones añadamos al mundo.

El hombre puede probar la existencia de un mundo dimensionalmente más grande simplemente enfocando su atención en un estado invisible e imaginando que él lo ve y lo siente. Si él permanece concentrado en este estado, su entorno presente pasará, y despertará en un mundo dimensionalmente más grande donde el objeto de su contemplación será visto como una realidad objetiva concreta.

Siento intuitivamente que, si él abstrayera sus pensamientos de este mundo dimensionalmente más grande y se retirara aún más adentro de su mente, él lograría otra vez una exteriorización del tiempo. Él descubriría que, cada vez que él se retira a su mente interior y produce una exteriorización del tiempo, el espacio se hace dimensionalmente más grande. Y por tanto concluiría que tanto el tiempo como el espacio son seriales, y que el drama de la vida no es más que escalar un bloque multitudinariamente dimensional de tiempo.

Los científicos algún día explicarán POR QUÉ hay un universo serial. Pero en la práctica es más importante CÓMO usamos este universo serial para cambiar el futuro. Para cambiar el futuro, sólo necesitamos ocuparnos de dos mundos en la serie infinita; el mundo que conocemos en razón de nuestros órganos corporales, y el mundo que percibimos independientemente de nuestros órganos corporales.

He dicho que el hombre tiene, en cada momento del tiempo, la elección ante él de cuál de varios futuros tendrá. Pero surge la pregunta: “¿Cómo es esto posible cuando las experiencias del hombre, despierto en el mundo tridimensional, están predeterminadas?”, como implica su observación de un evento antes de que ocurra.

Esta capacidad para cambiar el futuro se verá si comparamos las experiencias de la vida en la tierra con esta página impresa. El hombre experimenta los eventos en la tierra separada y sucesivamente del mismo modo que tú estás experimentando ahora las palabras de esta página.

Imagina que cada palabra en esta página representa una impresión sensorial única. Para tener el contexto, para entender lo que quiero decir, enfocas tu visión sobre la primera palabra en la esquina superior izquierda y luego mueves tu enfoque a través de la página de izquierda a derecha, dejándolo caer sobre las palabras separada y sucesivamente. En el momento en que tus ojos llegan a la última palabra en esta página has extraído lo que quiero decir.

Pero supongamos que al mirar la página, con todas las palabras impresas ahí igualmente presentes, tú decides reorganizarlas. Podrías, reorganizándolas, contar una historia totalmente diferente, de hecho podrías contar muchas historias diferentes.

Un sueño no es más que el pensamiento cuatridimensional incontrolado, o la reorganización tanto de las impresiones sensoriales pasadas y futuras. El hombre rara vez sueña con los acontecimientos en el orden en el que los experimenta cuando está despierto. Usualmente sueña con dos o más eventos que están separados en el tiempo fusionados en una sola impresión sensorial, o bien reorganiza tan completamente sus impresiones sensoriales separadas durmiendo que no las reconoce cuando las encuentra en su estado de vigilia.

Por ejemplo, soñé que yo entregaba un paquete en el restaurante de mi edificio de apartamentos. La dueña me dijo: “No puedes dejar eso ahí”, después de lo cual el ascensorista me dio unas cuantas cartas y como yo le di las gracias por ellas él, a su vez, me dio las gracias. En este punto, el ascensorista nocturno apareció y me hizo un gesto de saludo.

Al día siguiente, cuando salí de mi casa, tomé unas cuantas cartas que habían colocado a mi puerta. En mi camino hacia abajo di al ascensorista de día una propina y le di las gracias por ocuparse de mi correo, después de lo cual me dio las gracias por la propina.

En mi vuelta a casa ese día escuché a un portero decir a un repartidor, “No puedes dejar eso ahí”. Cuando estaba a punto de tomar el ascensor para subir a mi apartamento, me sentí atraído por una cara conocida en el restaurante, y cuando miré la dueña me saludó con una sonrisa. Esa noche acompañé a mis invitados a cenar al ascensor y mientras les decía adiós, el ascensorista nocturno me hizo un gesto de buenas noches.

Simplemente reorganizando algunas impresiones sensoriales separadas que yo estaba destinado a encontrar, y fusionando dos o más de ellas en impresiones sensoriales únicas, construí un sueño que difiere bastante poco de mi experiencia despierto.

Cuando hayamos aprendido a controlar los movimientos de nuestra atención en el mundo cuatridimensional, seremos capaces de crear circunstancias conscientemente en el mundo tridimensional. Aprendemos este control a través del sueño despierto, donde nuestra atención puede ser mantenida sin esfuerzo, pues atención con el mínimo esfuerzo es indispensable para cambiar el futuro. Podemos, en un sueño despierto controlado, construir conscientemente un evento que deseamos experimentar en el mundo tridimensional.

Las impresiones sensoriales que utilizamos para construir nuestro sueño despierto son realidades presentes desplazadas en el tiempo o el mundo cuatridimensional. Todo lo que hacemos al construir el sueño despierto es seleccionar del amplio despliegue de impresiones sensoriales aquellas que, debidamente organizadas, implican que hemos realizado nuestro deseo.

Con el sueño claramente definido, nos relajamos en una silla e inducimos un estado de conciencia próximo al sueño. Un estado que, aunque bordeando el sueño, nos deja el control consciente de los movimientos de nuestra atención. Entonces experimentamos en la imaginación lo que experimentaríamos en la realidad si este sueño despierto fuera un hecho objetivo.

Al aplicar esta técnica para cambiar el futuro, es importante siempre recordar que lo único que ocupa la mente durante el sueño despierto es EL SUEÑO DESPIERTO, la acción y sensación predeterminadas que implican el cumplimiento de nuestro deseo. Cómo el sueño despierto se convierte en un hecho físico no es nuestra preocupación. Nuestra aceptación del sueño despierto como una realidad física dispone los medios para su cumplimiento.

Permitidme volver a sentar las bases de la oración, que no es más que un sueño despierto controlado:

1. Define tu objetivo, sabe definidamente lo que quieres.

2. Construye un evento que tú creas que vas a encontrar SIGUIENDO al cumplimiento de tu deseo – algo que tendrá la acción del Yo predominante – un evento que implique el cumplimiento de tu deseo.

3. Inmoviliza el cuerpo físico e induce un estado de conciencia próximo al sueño. Entonces, mentalmente siéntete justo en la acción propuesta, hasta que la sensación de cumplimiento sola domine la mente; imaginando todo el tiempo que estás en efecto realizando la acción AQUI Y AHORA, experimentando en la imaginación lo que experimentarías en la carne si hubieras realizado ya tu objetivo. La experiencia me ha convencido de que éste es el modo más fácil de lograr nuestra meta.

Sin embargo, mis propios muchos fracasos me condenarían si dijera que he dominado totalmente los movimientos de mi atención. Pero puedo, con el antiguo maestro, decir:

“Pero una cosa hago, olvidando aquellas cosas que están detrás, y alcanzando lo que está delante, prosigo hacia la meta por el premio.” Fil. 3:13,14

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Otra vez quiero recordarte que la responsabilidad de hacer lo que has hecho real en este mundo no está sobre tus hombros. No te preocupes del CÓMO, has asumido que está hecho, la asunción tiene su propio modo de objetivarse. Toda la responsabilidad para hacerlo así es eliminada de tí.

Hay una pequeña afirmación en el libro del Éxodo que confirma esto. Millones de personas que lo han leído, o a las que se lo han mencionado a través de los siglos lo han malentendido completamente. Se dice, “No remojarás un cabrito en la leche de su madre.” (Versión del Rey Jorge, “No harás hervir un cabrito en la leche de su madre.” Éxodo 23:19)

Innumerables millones de personas, malinterpretando esta afirmación, hasta este mismo día en la época ilustrada de 1948, no comerán ningún producto lácteo con un plato de carne. Esto simplemente no se hace.

Ellos piensan que la Biblia es historia, y cuando dice, “no remojarás un cabrito en la leche de su madre,” la leche y los productos de la leche, la mantequilla y el queso, no lo tomarán al mismo tiempo que toman cabrito o cualquier tipo de carne. De hecho, incluso tienen platos separados con los que cocinar su carne.

Pero tú estás ahora a punto de aplicarlo psicológicamente. Tú has hecho tu meditación y has asumido que eres lo que quieres ser. La conciencia es Dios, tu atención es como la corriente misma de la vida o la leche en sí que nutre y hace vivir al que mantiene tu atención. En otras palabras, lo que mantiene tu atención tiene tu vida.

A lo largo de los siglos un cabrito ha sido utilizado como símbolo de sacrificio. Tú has dado nacimiento a todo en tu mundo. Pero hay cosas que ya no deseas mantener vivas, aunque las has amadrinado y apadrinado. Tú eres un padre celoso que puede fácilmente consumir, como Cronos, a sus hijos. Es tu derecho consumir lo que anteriormente expresaste cuando tú no sabías algo mejor.

Ahora tú estás separado en conciencia de ese estado anterior. Fue tu cabrito, fue tu hijo, tú lo encarnaste y lo expresaste en tu mundo. Pero ahora que has asumido que eres lo que quieres ser, no miras atrás a tu estado anterior y te preguntas CÓMO desaparecerá de tu mundo. Pues si miras atrás y le prestas atención, estás remojando una vez más ese cabrito en la leche de su madre.

No te digas a ti mismo, “Me pregunto si realmente estoy separado de ese estado”, o “Me pregunto si esto y lo otro es cierto”. Dale toda tu atención a la asunción de que la cosa es así, porque toda la responsabilidad para hacerlo así es completamente eliminada de tus hombros. Tú no tienes que hacerlo así, ES así. Te apropias lo que ya es un hecho, y andas en la asunción de que lo es, y de un modo que tú no conoces, yo no conozco, ningún hombre conoce, se objetiva en tu mundo.

No te preocupes del cómo, y no mires atrás a tu anterior estado. “Ningún hombre habiendo puesto su mano al arado, y mirando atrás, es apto para el reino de Dios.” Lucas 9:62

Simplemente asume que está hecho y suspende el juicio, suspende todos los argumentos de la mente consciente tridimensional. Tu deseo está fuera del alcance de la mente tridimensional.

Asume que tú eres lo que tú deseas ser; camina como si lo fueras y, mientras permanezcas fiel a tu asunción, se materializará en hecho.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es LESSON 5 - REMAIN FAITHFUL TO YOUR IDEA (Neville Goddard 1948)

El audio de esta conferencia está disponible en Youtube.com


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